viernes, abril 26, 2024
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La unidad policial de Retiro y su base tercermundista

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Un Centro social con materiales prefabricados es el lugar de trabajo desde hace más de una década de cientos de policías municipales del distrito de Retiro. Goteras, duchas de agua fría, techos derrumbados, suelos hundidos o fluorescentes encharcados de agua son sólo alunas de  las condiciones con las que conviven día a día los agentes.

El CPPM (Sindicato Colectivo de la Policía Municipal) denuncia las deplorables condiciones en las que se encuentran sus trabajadores, no sólo del distrito de Retiro, sino de otros que también están ubicados en barracones prefabricados. “Este tipo de instalaciones se edificaron de manera provisional para ubicar a ciertas unidades. Tienen una vida de no más de diez años, aunque sí es cierto que es prorrogable si pasan ciertos exámenes técnicos”, afirma Julián Leal, portavoz de la central policial.

El problema principal de estos barracones son sus materiales y su escasa resistencia tanto a temperaturas altas como a las bajas. “Cuando hace frío el viento se cuela por el deficiente aislamiento y en verano el calor penetra demasiado fácil. Por este motivo, los trabajadores tienden a poner a toda potencia la calefacción y el aire acondicionado con el gasto económico que conlleva este alto consumo eléctrico”, explica leal.

Pero el caso de la unidad de Retiro es aún más preocupante. El edificio donde se encuentran sus instalaciones pertenecía antes al centro social para mayores Pérez Galdós, por lo que no está acondicionado para algunas estructuras y logísticas propias del Cuerpo Local. “Cuando instalaron el armero se hundió el suelo porque pesaba demasiado. No eran unas simples taquillas y el barracón, como no se construyó específicamente para la Policía, no estaba preparado”, afirma el portavoz del CPPM.

Sin Nombreeeeeee

La antigüedad de la construcción, más de diez años, y su deficiente mantenimiento han hecho mella en su tejado después de las tormentas torrenciales del pasado fin de semana. El techo se ha hundido, como se puede comprobar en las fotos e incluso se ha llegado a romper un lavabo. Además el agua ha traspasado el falso techo del barracón y se ha introducido en muchos fluorescentes, con el riesgo que esto conlleva. Según explica Leal el problema de las goteras no es único y exclusivo del distrito de Retiro, pero sí es cierto que ha tomado  carácter de urgente después del último fin de semana.

La ubicación del barracón es otro los problemas históricos de la unidad, ya que está al lado de las vías del tren, a menos de dos metros de una catenaria de más de 25.000 voltios de potencia. “Los compañeros ya se quejaron en su día por posibles problemas de radiación, aunque después de un estudio todos arrojaron datos negativos. A día de hoy, por Ley no se puede construir nada a menos de 50 de metros de un catenaria”, confirma Leal.

Duchas con agua fría

Las condiciones higiénicas son otras de las quejas de los agentes. Según afirman fuentes sindicales, el barracón policial de Retiro sólo cuenta con tres duchas. Una de ellas esta inoperativa, y en las otras dos es difícil mantener el equilibrio porque el suelo se hunde y el sumidero no desagua bien. Además, el espacio de ambas es muy reducido, 60 centímetros por 60 centímetros, y las mamparas están rotas. A esto se añade que el contador tiene una capacidad muy reducida y complica en demasía la higiene personal de los policías. “Los dos primeros que se duchan tienen agua caliente, el tercero ya se tiene que duchar con agua fría y con el agua estancada de los dos primeros. Son condiciones infrahumanas”, explica el portavoz sindical.

Pero las nefastas condiciones no sólo las sufren el personal, también las padecen el material logístico. Las 15 nuevas motos con las que cuenta la unidad pasan aparcadas muchas horas en un espacio sin un techo ni una pared que les proteja del frío y la lluvia. “Deberían de instalar al menos un techo para que el motor del vehículo no sufra tanto y pueda alargarse su tiempo de uso, sobre todo en las motos que están nuevas”, denuncia Leal.

Fuentes sindicales confirman que el Ayuntamiento tiene constancia de todos estos problemas y que se encuentran gestionando las soluciones. “Los compañeros fueron trasladados al barracón provisionalmente y ya llevan más de diez años en un sitio que no estaba ni está preparado para cobijar a una unidad de más de 150 agentes que cuenta con empleados de oficina y agentes patrulla”, sentencia Julián Leal, portavoz del CPPM. 

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