domingo, mayo 19, 2024
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Carlos Díez, rigor socialdemócrata frente al populismo de Sánchez

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La preocupación de la gestora socialista es hacer reconocible al PSOE, recuperar la tradición que, de Felipe González a Zapatero, le convirtió en una formación imprescindible de la modernización española. Que el PSOE sea previsible, es un elemento de fuerza ante una parte del electorado pero, también, una potencial debilidad: la ira política ha trufado de populismo a una parte de la cultura de la izquierda española, que no siente acomodo en culturas políticas basadas en la concertación y elevados grados de consenso.

Las ponencias política y económica impulsadas por la Gestora del PSOE, con Madina y Juan Carlos Díez a la cabeza, persiguen una especie de reinvención de la socialdemocracia española, lejos de los intentos algo izquierdistas que representan Corbin en el Reino Unido y Hamon en Francia, y que parecen alejarles tanto de las direcciones de sus partidos como de los electorados tradicionales.

En ese camino, la gestora pacta con el PP, habiendo logrado parecer influyente y parando las agendas políticas de las otras fuerzas parlamentarias; el grupo mantiene ciertos contactos con Ciudadanos, y menos con Podemos, y los autores de las ponencias deberán poner orden a un modelo político y una estrategia que parezca algo más coherente.

Una economía de tipo socialdemócrata – a veces con el toque social liberal, que distinguió de Boyer a Solbes a los ministros socialistas – que se aproxime al anterior votante del PSOE y al de Podemos menos radicalizado es, en este contexto, sustancial y es el encargo que, encantado, ha recibido el economista Juan Carlos Díez, socialdemócrata aunque no militante.

Hasta ahora se ha definido como “un economista observador que necesita libertad intelectual para opinar y sacar lo mejor de sí”; libertad a la que parece renuncia para liderar el discurso económico socialista.

Estrategia hacia el centro

La elección de este economista, no es casual, más allá de las relaciones que siempre haya mantenido con diversos dirigentes socialistas. Se le atribuye una estrecha colaboración con Susana Díaz. Es también, una elección muy política.

El 22 de Noviembre, Díez escribía: ”Si se analiza el tablero electoral, a la derecha del PSOE hay 11 millones de votos, a la izquierda hay 5. Es una cuestión de sentido práctico, ¿hacia dónde vas?, ¿a demostrar quién es más de izquierdas? Al contrario, debes virar hacia el centro -no a la derecha- y cuando enarboles un proyecto mayoritario, empezarás a tener huida de Podemos por el voto útil, que te votará a ti con tal de que no gobierne el PP, tal como pasó en 2004 y 2008”.

Un discurso que coincide con la estrategia de la gestora y confronta con el acercamiento a Podemos que se defiende por Sánchez.

Díez ha sido un crítico muy severo de la ausencia de políticas económicas en Podemos y, más aún, de las expresadas. Confrontación que aumentará toda vez que los viejos inspiradores de IU han copado los equipos de Iglesias. Por otra parte, defiende tesis muy alejadas de los toques de antieuropeismo que suenan en Francia o Inglaterra, y en algunas tesis de Sánchez sobre cambios de la regulación europea.

Una cuestión que supone un muro respecto al populismo de Sánchez.

Del “papelín” a la Ponencia.

Díez ha reconocido públicamente que una de las manías más irritantes de Sánchez era que le pedía un “papelito”, cada vez que el economista le daba un consejo. El PSOE le ha ofrecido una ponencia, que se sumará al documento que prepara el equipo de Madina.

Tras una jornada de trabajo celebrada el pasado fin de semana, doce folios constituyen una propuesta muy en la línea de la socialdemocracia española y que resume el pensamiento de Díez, más orientado a mejorar los salarios que a la renta mínima o que busca la mejora de ingresos públicos más que subir impuestos.

La irritación de Sánchez

En las filas de Sánchez  y Patxi López se reprocha a Díez su orientación mediática. Aunque, en realidad, lo que molesta no es tanto la notable visibilidad del economista como su proximidad al grupo PRISA, verdadera bicha negra de los “sanchistas”.

Sánchez no ha tardado en señalar las “insuficiencias” del documento de Díez  Echa en falta ““garantizar un ingreso mínimo vital”. También insiste en la conversión en España en  “una plataforma logística”, una imprecisa base para un cambio de modelo productivo que, en la propuesta de la ponencia congresual preparado por Díez, se basa más en la transición energética y la economía urbana.

En realidad la ponencia preserva el ingreso mínimo, aunque como factor de cierre en el esquema de protección. Sánchez es más, desde luego, radical en la financiación vía impuestos y en los recursos a obtener para la financiación del sistema de pensiones.

Sánchez, privado de Sevilla – experto de economía por las tardes- no ha mostrado mucho interés en rodearse de equipos económicos. Pasada a la reserva el habitual consejo de la Fundación Alternativas o alejados “Economistas Frente a la Crisis” del entorno del exsecretario general, parece que se acentuarán las tendencias a radicalizar el discurso del candidato, lo que refuerza la necesidad de rigor impulsada por la gestora.

 

 

 

 

 

 

 

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