El Partido Popular vive en una montaña rusa de emociones. Elecciones sí, elecciones no. Gobierno sí, gobierno no. Lleva meses deshojando la margarita; aunque hoy Mariano Rajoy se ve un poco más cerca de la Moncloa. El cataclismo en el que se halla inmerso el Partido Socialista, con la cabeza de su secretario general pendiente de un hilo, parece alejar por minutos el fantasma de unas nuevas elecciones. Pedro Sánchez es el máximo representante del bloque socialista contrario a favorecer un nuevo gobierno del Partido Popular, una posición ampliamente apoyada por sus bases. No obstante, si la dimisión de los 17 miembros de su Comisión Ejecutiva Federal es suficiente para hacerle caer, el PP podría verse beneficiado de esta situación sin necesidad de pasar por unas nuevas elecciones.
Los críticos, que tienen claro que no están en disposición de enfrentarse a una nueva contienda electoral en la situación interna en la que se encuentran, sólo tienen una opción sobre la mesa: que gobierne el PP, arranque la legislatura y el PSOE mantenga el poder de la oposición. Aunque para que esto ocurra Mariano Rajoy necesita o seis apoyos más u once abstenciones y aquí el papel del Partido Socialista es fundamental. Tal y como adelantaba Estrella Digital, la intención de la “mayoría” del sector crítico, según fuentes internas, no es aprobar una “abstención” ante Rajoy, sino “intentar convencer al PNV” de que apoye a Mariano Rajoy, operación a la que debería unirse Nueva Canaria para que el líder del PP sea investido sin intervención del PSOE.
Una operación que el PP no tiene muy clara, y menos aún después de los resultados obtenidos en el País Vasco, donde el líder de los nacionalistas vascos podrá ser investido sin necesidad del apoyo de ninguna otra fuerza política. De hecho, este lunes, Mariano Rajoy, en la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo Nacional, ignoró la vía vasca y volvió a insistir en la ‘gran coalición’ (PP, PSOE y Ciudadanos). Es decir, si la opción del PNV fracasa, al PSOE no le quedará más remedio que abstenerse si quiere evitar una nueva convocatoria electoral. Si la operación de los críticos triunfa y consiguen deshacerse de Pedro Sánchez, será la gestora que se constituirá (probablemente presidida por el asturiano Javier Fernández) la encargada de tomar esta decisión.
Ahora bien, vista la posición defendida por el actual secretario de Organización, César Luena, parece evidente que Pedro Sánchez está dispuesto a resistir el envite. Parece remota, pero también cabría la posibilidad de que Sánchez consiga su objetivo de convocar un Congreso extraordinario y vuelva a salir elegido secretario general, gracias al apoyo de las bases. En ese caso, tendría ya toda la libertad de negociar con los nacionalistas y Podemos y convertirse en el nuevo presidente del Gobierno. Aunque el Partido Popular aún no quiere ni imaginar ese escenario, y menos aún teniendo sobre la mesa sondeos internos que le aseguran que mejoraría sus resultados.
De hecho, los ‘populares’ calculan que si hay nuevas elecciones en diciembre podría haber un trasvase de votos de entre 500.000 y 700.000 votos de la izquierda a la derecha, que serían determinantes para desequilibrar la balanza. Los números que manejan: 150-152 (PP), 85-87 (PSOE), 60-65 (Podemos) y 25-30 (Ciudadanos). “Así podríamos resolver esta situación sin tantos pactos”, razonan fuentes ‘populares’, convencidas de que la suma PP y Ciudadanos, que resultaría de una nueva convocatoria electoral, sería suficiente para gobernar. “La idea de unas nuevas elecciones como algo positivo cada vez se abre más paso en el PP”, aseguran las mismas fuentes.
Máxima expectación en el PP
Visto el panorama que actualmente reina en el PSOE, los ‘populares’ ven alejarse el fantasma de las elecciones a marchas forzadas. Es más, contemplan expectantes el vertiginoso transcurso de los acontecimientos en Ferraz. “Una tragedia de Shakespeare” o “Puerto Hurraco 3” son algunos de los calificativos que circulan por los corrillos ‘populares’ en referencia a la situación inédita que vive el PSOE de guerra total.
Mariano Rajoy, mientras tanto, aparenta absoluta tranquilidad. Por el momento, cree que cualquier escenario factible le beneficia. Sabe que su muro es Pedro Sánchez y no tiene más tarea en toda esta convulsa situación que esperar. El PP se mantiene en la barrera, pero consciente de que si Sánchez cae será una buena noticia para su formación. Sus opciones de continuar en la Moncloa aumentan sustancialmente. De hecho, este lunes, Rajoy ya insinuó que hasta que no se resuelva el conflicto interno en el PSOE él no moverá ninguna ficha más.
Ahora bien, en el PP también saben que el “hundimiento total” de los socialistas tampoco es una buena noticia para ellos. “Es un drama lo que está ocurriendo en el PSOE”, advierten fuentes ‘populares’. Públicamente, el PP no ha querido referirse en ningún momento a Pedro Sánchez, pero sí a la formación socialista en su conjunto. «Deseamos todo lo mejor al PSOE, lo digo sinceramente. Pensamos que en España es fundamental que haya un partido de izquierda moderada que sea fuerte y que sea alternativa al PP», ha zanjado el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado.
Elsa S. Vejo