Dieciocho cargos público de Izquierda Unida anuncian que no votarán a Pablo Iglesias y Alberto Garzón el próximo 26 de junio. Tampoco lo harán 177 simpatizantes de la Comunidad de Madrid entre los que se encuentran destacados exdirigentes de la organización regional expulsada: Ángel Pérez, excoordinador de IUCM, exdiputado, exsenador y exconcejal; Gregorio Gordo, también exlíder de IUCM y portavoz en la Asamblea de Madrid y Miguel Reneses, ‘exnúmero dos’ de IU con Cayo Lara.
Este jueves, el mismo día que las bases de IU volvían a votar el acuerdo entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, salía a la luz el primer manifiesto contrario a esta alianza. Casi 200 afiliados y altos cargos, la mayoría de ellos de la Comunidad de Madrid, advierten de la “liquidación de IU y defienden los principios y valores de la izquierda”.
En este documento, estos cargos públicos y exdirigentes reconocen no estar “sorprendidos” con este desenlace y recuerdan que se trata de “una operación auspiciada desde el PCE por José Luis Centella e IU por Alberto Garzón y que ha contado con la pasividad y complicidad de quien debería velar por la identidad política”, en clara referencia a Cayo Lara.
El pasado septiembre, 5.000 afiliados de IU fueron expulsados en la Comunidad de Madrid. La justificación oficial no sólo fue el incumplimiento de los acuerdos de la dirección respecto a su papel en la gestión de Caja Madrid y Bankia, sino también el sonoro batacazo que sufrió la organización en las municipales y autonómicas de 2015, donde IU perdió la representatividad tanto en el Ayuntamiento de Madrid como en la Asamblea.
Los expulsados niegan este extremo y aseguran que la principal razón de su 'desfederación' fue su posición respecto a la confluencia. Impusieron dos condiciones: el respeto a la identidad de IU, mediante fórmulas de coalición, y el respeto a las propuestas programáticas de su formación. “La expulsión de la federación madrileña de IU no tenía otro objeto que despejar el obstáculo que impedía el progreso de operaciones personales sin contenido político”, denuncian.
Los firmantes de este manifiesto creen que Podemos está perdiendo votos por tratarse de una “opción populista más preocupada por sus propios cargos que por los intereses de la gente”. Y lamentan que IU “desprecie” la posibilidad de mantener su proyecto histórico e intentar rascar escaños a los de Pablo Iglesias. “Quienes firmamos este documento nos reclamamos de una tradición política que durante treinta años ha representado los contenidos y valores de una convergencia de izquierda que siempre se concibió como plural, autónoma de otras fuerzas políticas y basada en acuerdos programáticos”, zanjan.
En este documento también se defiende la legitimidad de los concejales elegidos en la Comunidad de Madrid en las últimas elecciones municipales. Algunos de ellos, como la de Boadilla del Monte, Beatriz Moya, han denunciado acoso por parte de los miembros de la nueva estructura organizativa que surgió tras la desintegración de IUCM y que les reclaman el acta. “Estos concejales fueron elegidos en una elección legítima, en una coalición legalmente reconocida y que mantiene su estructura directiva”, insisten estos altos cargos y exdirigentes.
Nueva consulta a las bases de IU
Este jueves, las bases de IU han vuelto a votar para ratificar el último acuerdo alcanzado entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Las condiciones de esta alianza son la adjudicación a IU de trece puestos de salida en las listas electorales de la coalición, la reserva del quinto lugar para Garzón en la candidatura de Madrid y un programa de mínimos de cincuenta medidas. El nombre con el que concurrirán a los comicios aún es una incógnita.
Se trata de la segunda consulta que IU hace a sus bases en menos de dos semanas, pero ninguna ha superado el 35% de participación. En la última han participado 23.109 personas, de las 70.000 convocadas. Un 3,3% más que la semana pasada. El 87,8% ha votado a favor, un 10,5% en contra y un 1,6% se ha abstenido. “Un grupo reducido de Izquierda Unida ha decidido concluir el proyecto que dio vida a esta formación en 1986”, advierten los críticos. Es dudoso que apenas un 28% de la afiliación y simpatizantes constituya un núcleo democrático suficiente para decidir por 70.000 hombres y mujeres de IU”, concluyen.
Elsa S. Vejo