sábado, mayo 18, 2024
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Santamaría exhibe su labor frente a la rebelión de «los Casado y los Maroto»

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«Las palabras son muy importantes, pero los hechos también». La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, ha aprovechado la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para reivindicar su trabajo y el de su equipo en materia anticorrupción. Y lo ha hecho en medio de la división interna que existe en el Partido Popular respecto a la estrategia que se debería de seguir para hacer frente a los últimos casos de corrupción que han aflorado en la formación y que han golpeado con virulencia a los 'populares' en plenas negociaciones para formar gobierno: la mesura o la contundencia para denunciar estas prácticas.

Este viernes, el empresario Enrique Ortiz ha confesado haber financiado ilegalmente al Partido Popular de la Comunidad Valenciana para la organización de las campañas de las elecciones generales de 2008. Esto significa que la tensión sobre Rita Barberá aumenta. Desde que estallara el 'caso Taula', en el PP se han podido apreciar dos discursos diferentes. El «contundente», que han liderado los nuevos vicesecretarios, principalmente Pablo Casado, Javier Maroto y Andrea Levy. Y el más «amable», que han adoptado el líder de la formación, Mariano Rajoy, y su secretaria general, María Dolores de Cospedal. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha optado en todo momento por el papel más neutro e institucional.

Tanto es así, que este viernes, una vez más, la portavoz gubernamental ha evitado valorar las acusaciones sobre corrupción que pesan sobre su formación. «Máximo respeto a los procesos judiciales. El Gobierno no va a comentar las estrategias de defensa de cada uno», ha zanjado respecto a la revelación de Ortiz. Aunque no ha desaprovechado la oportunidad que le ha brindado este último escándalo y la información publicada por el diario El Mundo que alerta sobre el supuesto malestar que existe en Moncloa respecto a los «portavoces más jóvenes» del PP y su reacción más contundente ante los casos de corrupción, para reivindicarse a sí misma y el compromiso de su equipo con la lucha contra la corrupción.

Santamaría ha despachado la polémica con un «lo que me consta es que el presidente y su equipo reconoce y agradece la labor intensa que están llevando a cabo los vicesecretarios del partido». Pero su intervención ha ido un paso más allá. La vicepresidenta ha aprovechado la rueda de prensa de este viernes para recordar que la contundencia contra la corrupción no sólo se muestra con «palabras» -en clara referencia a la indignación que habitualmente exhiben los portavoces del PP-, sino también con «hechos». Y ahí es donde, a su juicio, ella y su equipo han tenido un papel relevante. La vicepresidenta se ha referido en concreto a la labor de su hombre de confianza, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, en la lucha contra la corrupción.

Las medidas del Gobierno contra la corrupción

«El Ejecutivo del PP es el que más leyes anticorrupción ha llevado al Congreso de los Diputados», ha recordado Santamaría, entre las que ha citado la Ley de Transparencia o la Ley de control económico-financiero de los partidos. La 'popular' ha reconocido que hay que mostrar «contundencia» contra la corrupción, pero también ha aprovechado para recordar que el Gobierno de Rajoy y su equipo «han llevado medidas muy contundentes» para frenarla. «Al final los hechos son muy importantes. Las palabras, desde luego, pero los hechos también», ha rematado la vicepresidenta, como aviso a navegantes.

El PP es en estos momentos una olla a presión. Pero no sólo por la corrupción, sino también por los tiempos empleados por Rajoy para negociar la formación de un nuevo gobierno. «Despiste generalizado». Ésta es la sensación que reina en el Partido Popular ante el silencio de Mariano Rajoy después del encuentro entre el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que ha tenido lugar este miércoles en el Congreso. La llamada prometida al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no acaba de concretarse y todavía es una incógnita si finalmente se producirá. Mientras los portavoces del PP se muestran convencidos de que esta llamada se materializará, en La Moncloa dan a entender que eso será así siempre y cuando las negociaciones entre PSOE y Podemos fracasen. «Nosotros no estamos para hacer teatro», zanjan fuentes gubernamentales.

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