La negativa del Gobierno en funciones a comparecer ante el Pleno de la Cámara ha pasado de ser una polémica política y mediática. Este martes, tras reunirse con la Mesa del Congreso, el presidente de la Cámara Baja, Patxi López, ha anunciado que ha remitido una carta a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para que el Ejecutivo “reconsidere su posición” de que el Ejecutivo no comparezca ante el Pleno.
López aludía a la posibilidad de que se produzca un conflicto de atribuciones entre ambas instituciones, ya que el Gobierno estaría impidiendo ejercer “la competencia de una institución”. “No se trata de un conflicto jurídico, sino constitucional, un conflicto de atribuciones. Pero esperamos no llegar a ese punto”, explicaba López.
El presidente del Congreso se ha referido a la función constitucional de la Cámara de controlar al Ejecutivo, así como a la Ley de Gobierno, en la que se recoge que “todos los actos y omisiones del gobierno están sometidos a control parlamentario”. “Y este gobierno toma decisiones todas las semanas”, insistía Patxi López.
Este movimiento institucional se produce después de que la Mesa del Congreso haya decidido por mayoría seguir tramitando iniciativas de control, incluyendo plenos de control al Gobierno. Sin embargo, explicaba López, no se ha podido realizar una “declaración institucional” desde la Cámara, porque se necesita la unanimidad que el PP ha impedido.
El presidente del Congreso ha explicado que la mayor parte de los portavoces de los grupos parlamentarios, que se han reunido también este miércoles, se han mostrado favorables a esta decisión. Además, ha cuestionado el informe que presentó el Gobierno para defender su posición. «Todos los informes son interpretaciones de leyes», decía.