sábado, mayo 18, 2024
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Madrid se viste de arcoíris

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Eran las seis en punto de la tarde cuando el escenario levantado en la Plaza de Colón, en Madrid, a día 4 de julio de 2015, lucía completamente vacío. En sus alrededores, pequeños grupos de gente, de mayor y menor número de personas, de varias edades, con bebidas en sus manos, sentados –en su gran mayoría- en una presumible sombra que les diese una tregua por el calor pegajoso del verano en la capital. Pero todos ellos caracterizados por pequeños destellos del color del arcoíris en múltiples maneras: banderas, camisetas, sombreros, diademas, pulseras…Efectivamente, este domingo, 4 de julio, lejos de celebrar el Día de la Independencia estadounidense, lo que se celebra en la capital es el desfile del Orgullo LGTB 2015.

Al principio, todo estaba sosegado, incluso algo apagado, a pesar del penetrante sol que amenazaba desde el cielo. Lógicamente, la fiesta estaba abajo; en Atocha, y conforme iba progresando en el camino, el griterío, la música, el ambiente se iba haciendo cada vez más intenso. Las calles estaban cortadas, limitadas por vallas, y lo cierto es que el protagonista del día, sin ninguna duda, ha sido el calor. Madrid está lleno de preciosas fuentes, y hoy las fuentes llenas de pies –quizá no tan preciosos- que intentaban apagar el calor del resto del cuerpo. Gorras, gorros, gafas de sol, crema solar, mucha bebida, agua, hielo, alguna que otra pistola de agua…y, por supuesto, las banderas, no faltaban como atuendos indispensables del tumulto de gente que se ha atrevido a desafiar al verano esta tarde en Madrid.

La multicolor ha vestido toda la capital de España de un ambiente nuevo. “Este año está mucho mejor, ha venido gente de toda España, incluso de fuera. Mucha más gente que el año pasado”, comentaba una chica de pelo rizado. Llevaba esperando más de una hora a que diese comienzo el deseado desfile –o manifestación cabría decir-, junto a otras tres chicas y un chico. Él, con el pelo medio teñido de verde, comentaba que “el orgullo está mucho mejor este año, más aceptación, mejor organización, y lo de la bandera deberían hacerlo todos los años”. Otro de los grupos que estaban celebrando, un poco más abajo, casi llegando a Atocha, destacaba el buen ambiente que se vive en esta fiesta, y que “la gente es muy maja, hay muy buen rollo”. Con respecto a la exposición de la bandera LGTB en el Ayuntamiento de Madrid y la (histórica) retransmisión en directo del desfile en Telemadrid han apuntado que “cuanta más publicidad mejor”. Los bomberos se solidarizan con el calor y regaban a la gente con las mangueras, mientras ellos les agradecían con gritos y aplausos. Ha sido curioso, llamativo, entrañable quizá, que al trasluz de esa manguera que disparaba el agua, al mezclarse con el sol, han dibujado también ese arcoíris.

Al fin he llegado a Atocha. El calor del asfalto vacío también atosiga en un julio especialmente caluroso en Madrid. La música empezaba a sonar de fondo. La gente estaba muy aglutinada en torno a la caravana que irradiaba esas canciones de discoteca actual, alternándose con esos temas bandera de la Libertad, los 80, Alaska y los Pegamoides…y todo eso que suena lejano y cercano al mismo tiempo, porque en el fondo el espíritu de los 80 sigue vivo (y ojalá su música también): el compromiso social por la Libertad. Eso decían las pancartas. “Amarse entre iguales no es tan diferente”, “Sexo, fe y color sin discriminación”, “GAY, OK.”…esas, entre otras muchas frases, se podían leer en las pancartas, escritas con muchos colores, entre ellos los de la bandera de España.

Se calcula que en torno a un millón de personas, familias enteras de gays, lesbianas, transexuales, bisexuales y también heterosexuales participaban en la marcha, iniciada algo más tarde de las 18.30 h en Atocha, y la cual ha sido guiada por algunas caras conocidas de la política nacional y local, que portaban la pancarta del lema oficial “Leyes por la igualdad, YA!”. Pablo Iglesias, Alberto Garzón o Ángel Gabilondo lideraban esa marcha que caminaba, lenta, en dirección Colón. Estas apariciones, han sido tan aclamadas, como criticadas. A medida que avanzaba, la gente se sorprendía y se emocionaba a ver a Pablo Iglesias, entre gritos de “¡sí se puede!” o alabanzas a su nombre “¡Pablo, Pablo, Pablo…!”. De la marea, por un momento, ha salido Pablo Echenique, que también ha asistido al acto, encaminado al encuentro en Colón con la nueva alcaldesa, Manuela Carmena, encargada de dar la bienvenida a la marea, muy implicada con los cambios políticos propiciados por el nuevo gobierno de la capital, según la opinión de muchos de los asistentes. Otros, sin embargo, estaban muy en desacuerdo con la aparición de los dirigentes políticos como guías del desfile/manifestación, y lo criticaban diciendo que “lo han convertido en política”.

El espíritu del Orgullo LGTB 2015 ha aglutinado especialmente las ganas de manifestarse por los que no pueden, en contra de la homofobia y la persecución de los colectivos LGBT en diversos países que aún hoy permanecen sin aceptarlos. Entre ellos, Rusia, como reivindicaba otra de las pancartas. También ha sido característico el homenaje y mención a Pedro Zerolo, el socialista recientemente fallecido que luchó por la causa homosexual y fue el primero en poder contraer matrimonio con otro hombre. Eterno referente para el colectivo LGTB, la mención y homenaje a su nombre y activismo no podía faltar en este caluroso sábado 4 de julio de 2015, al que se han unido casi un millón de personas para reivindicar el amor libre, el sexo libre, el ser libre…en definitiva, la Libertad.

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