No hay candidato para las elecciones europeas. Tampoco para liderar el PP de Andalucía. Y nadie tiene asegurado su puesto al frente de la formación de cara a las próximas elecciones autonómicas. Pero la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no desaprovecha ya ninguna de las oportunidades que la prensa le brinda para apuntalarse a sí misma en la dirección del Partido Popular. Han sido tantos los rumores que se han vertido sobre ella y su continuidad al frente de la organización tanto en Castilla-La Mancha como en Génova que ya no duda ni un instante en asegurar que cuenta con el «apoyo» suficiente para continuar ocupando los dos cargos que ostenta: presidenta del PP castellanomanchego y secretaria general del PP nacional.
Este lunes desautorizó a Alberto Fabra asegurando que no «estamos en el momento de las candidaturas» -en referencia al anuncio que hizo el presidente valenciano ha ce unas semanas autoproclamándose próximo candidato del PP en Valencia-; insistió en que aún no hay nombre ni fecha aproximada para conocer al cabeza de lista en las elecciones europeas y se negó a desvelar si en la comida que el pasado sábado compartió el presidente Rajoy con altos cargos del partido en Andalucía se avanzó en la elección del candidato a liderar el PP andaluz. Pero sí quiso dejar bien claras dos cosas: su deseo de volver a encabezar la lista del PP en Castilla-La Mancha y de seguir siendo la ‘número dos’ en Génova. Un mensaje directo a la yugular de todos aquellos que desde su formación llevan varios meses filtrando a la prensa la existencia de un supuesto malestar en el seno de la formación por su continuidad como una de las máximas autoridades.
Hay quien piensa que Cospedal está tocada. Aquella famosa explicación sobre el despido en diferido a Luis Bárcenas, el hecho de que su nombre apareciera en la contabilidad B del Partido Popular por haber recibido supuestamente 14.000 euros en un sobre y las últimas dudas que han surgido en torno a la financiación de su campaña en Castilla-La Mancha le habían hecho perder puntos en su formación. Es más, su actuación por libre respecto al ‘caso Bárcenas’ tampoco ha gustado a todos por igual en Génova. Ser la primera en denunciar al extesorero y protagonizar el último cara a cara en sede judicial con él en absoluto le ha ayudado a mantener una buena imagen frente a sus compañeros.
Pero de los errores se aprende, y por esta razón, la secretaria general de los ‘populares’ lleva varios meses sin hablar del extesorero en público. El hecho de que el procedimiento se encuentre en sede judicial y de que todas las declaraciones se estén produciendo ante el juez, le está valiendo a Cospedal como excusa para no comentar nada que pueda comprometerla. Ni siquiera las últimas declaraciones del gerente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas, en las que admite haber podido firmar algún recibí de 200.000 euros «obligado» por Bárcenas, pero niega haber recibido ningún dinero. Sobre esta cuestión fue preguntada en reiteradas ocasiones este lunes Cospedal, y lejos de aclarar nada -«no comento declaraciones hechas ante el juez», fue el mantra más coreado-, sí quiso dejar bien claro que nada de este procedimiento «complica» su situación.
La secretaria general cuenta con el apoyo del ‘gran jefe’, y con eso es suficiente en Génova. Durante todos estos meses sólo hubo un momento en el que este apoyo pareció flojear. El pasado 16 de septiembre, cuando el presidente Rajoy decidió recuperar la famosa reunión de maitines -habitual durante la era Aznar-, como muestra de su voluntad de volver a recuperar el control del partido y acallar todas aquellas voces críticas con su gestión que apuntaban a una pérdida de rumbo. Aquel día no hubo nadie que no interpretara este gesto del presidente como una señal de desautorización a Cospedal. Hasta el momento, el presidente siempre había departido las cuestiones de partido sólo con la secretaria general en el Palacio presidencial, pero ese día decidió llamar a toda la cúpula y establecer una línea de actuación clara. Comenzaba un nuevo e importante curso político, con unas elecciones de por medio. Había que remontar en las encuestas.
Una de las principales consignas que de aquella reunión salieron fue la del silencio sepulcral ante Bárcenas. Y así ha sido. Nadie se ha salido del guión escrito por Rajoy y esto les está permitiendo ganar terreno a sus rivales. Para Génova, el último barómetro del CIS, que le otorga una ventaja de 7 puntos frente a los socialistas, es una muestra evidente de ello. Y uno de los motivos por los que este lunes se ha mostrado tan exultante María Dolores de Cospedal ante la prensa. «El PP tiene sus propios tiempos». Así es como se ha expresado la ‘popular’ cuando ha sido apremiada por los medios de comunicación a que ya diera fechas y nombres. Las incógnitas son muchas, pero Rajoy no tiene prisa. El PP está tranquilo porque no ve un rival fuerte en el PSOE, que este fin de semana celebraba su Conferencia Política. Así que todo parece indicar que hasta la famosa Convención Nacional -cuya celebración se prevé para principios de 2014- no se harán los grandes anuncios.
La XX Interparlamentaria que se acaba de celebrar en Córdoba ha supuesto un nuevo impulso en el discurso de la «unidad», que tanto le gusta al PP. La sombra de Aznar planeó y creó más sombra de la deseable, pero el mensaje que de ella ha salido es claro: Rajoy es el que manda y el que marca los tiempos. Y su partido está para apoyarle. Principalmente su ‘número dos’, quien asegura no sólo contar con el apoyo suficiente para volver a encabezar la lista del PP en Castilla-La Mancha, sino también para seguir al frente de la organización en Génova. «Siento todo el apoyo de mi partido», proclama Cospedal, que será junto a Rajoy la encargada de elegir el resto de nombramientos.