Opinó que la auditoría de KPMG «otorga seguridad» a los consejos de administración de Caixa Galicia y Caixanova para acometer una hipotética fusión, y a éstos les transmitió el siguiente mensaje: «me niego a pensar que primarán los intereses personales por encima de los colectivos».
El presidente de la Xunta garantizó que en la ronda de contactos mantenidos con las dos cajas no salió a colación ninguna propuesta de fusión con entidades externas ni de optar por una SIP, y por eso se negó a valorar «propuestas mediáticas» ni «comentarios» que circunscribió al ámbito de la «ciencia ficción».
Núñez Feijóo consideró que Galicia está ante «una oportunidad histórica, la de constituir una caja única que, según la auditoría de KPGM, sería la quinta de España por volumen de activos en 2012, y por eso propuso «aprovecharla, porque «el pueblo lo agradecerá, y si no, «lo reclamará».
Apeló a que todos los agentes implicados en el debate del futuro de las cajas de ahorro gallegas «estén a la altura de las circunstancias» para que Galicia, indicó, «no se quede en la segunda división» del sistema financiero español.
El presidente de la Xunta subrayó que la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova «es la fórmula que mejor responde» a los dos requisitos que, tanto el PP como los partidos de la oposición, fijaron como innegociables: «la galleguidad y la solvencia».
Cambio de opinión en el PSdeG
Criticó que el PSdeG haya «cambiado de opinión» por tener «diferentes interlocutores» según dónde trate el asunto de las cajas, e insistió en que «si la fusión gallega es la opción aceptada mayoritariamente, el Gobierno seguirá apostando por ella».
Opinó que es «poco probable» que tras la unión entre las dos cajas se pueda dar una posterior con entidades externas, dada la solvencia, rentabilidad y eficiencia apuntadas por la ‘due diligence’, y añadió que «es más sencillo absorber a la décima o decimocuarta» del ránking estimado para 2012.
Respecto al cierre de 280 oficinas que conllevaría la fusión gallega, recordó que en el censo actual se contabilizan las instauradas en otras comunidades autónomas y en el extranjero, y apuntó que el reajuste sería en todo caso similar al que se produjo con la fusión de las cajas de Pontevedra, Ourense y Vigo en una nueva que hoy es Caixanova.
En cuanto a la pérdida de 1.296 puestos de trabajo, dijo que no habría «ningún impacto» en la nómina de empleados, ya que el reajuste planificado «se puede solucionar con bajas pactadas».