Sasi Alami escogió los poemas que aparecen en Manos de visón a raíz de un encuentro en la feria del libro de Málaga con un lector poco aficionado a la poesía, que sin embargo, confesó a la autora que sus versos le emocionaban mucho, y que al leer cada poema era como si pasara por su cara una mano de visón.
Quizás por eso, la periodista y experta en cultura árabe dedica su libro a esas personas que nunca leen poesía, y que por eso no han podido descubrir el efecto sanador que ésta tiene. Para Alami, la poesía, más que un género literario, es una especie de «sutil esencia» que puede encontrarse en cada rincón de la vida.
Los pueblos blancos del interior de Andalucía, las interminables serranías y bosques del sur, son algunos de los refugios preferidos de la autora, que a través de las páginas logra transmitir al lector el placer de la cotidianidad con gran maestría.
Para Luis Alberto de Cuenca, «la poesía amorosa de Sasi Alami está inserta en la gran poesía amorosa oriental. Trata temas eternos situándolos en escenarios actuales, y en sus versos el lector descubre que para ella escribir es obligatorio, no es un acto gratuito, sino que escribir es necesario».
Algunos de sus versos
‘Sonoro’
Porque vagabundeas por las calles
arrastrando los pies,
en busca de algun rayo solitario,
y no vislumbras
más allá de una voz melosa,
de una mirada húmeda,
o de una mano extendida de repente.
Porque conozco ese sonido anhelanre
e ignoro cuál es tu nombre.
Y lo único que sé de ti
es que eres sonoro…sonoro.
Como una sonrisa fresca
improvisasa e incontenible,
como el fluir de la sangre
que aplaude tu ausencia de ego,
mientras me dices, te amo,
con la misma naturalidad con la que se dice
tengo hambre, o tengo frío
sin que ello suponga una gran revelación.
Amo tu geografía entera
donde sobran el gesto y la palabra,
escuchando más allá de las esferas del universo,
latir dos corazones…tic-tac, tic-tac, tic-tac.