Los números siempre pueden interpretarse desde distintos puntos de vista. También ocurre con las cifras de inversión extranjera. Así, puede el gobierno asegurar que las cifras de 2015, ahora conocidas, son la quinta mejor cifra en lo que va de siglo pero, también, que es inferior a la que se produjo el año en que Rajoy llegó al Gobierno.
Puede señalarse que es una muestra de confianza, el crecimiento del 11% de la inversión directa, respecto al año pasado, o enfatizarse que la desinversión, por mucho que se concentren en pocas operaciones, ha sido un 21% superior a la de 2014.
Puede argüirse confianza exterior o puede recordarse que más de un tercio de esta inversión vuelve a concentrarse en el ladrillo, lo que dice poco del tan deseado cambio productivo de la economía española. Puede ofrecerse el crecimiento de inversión neta del 7,9% como dato de la recuperación, aunque también recordar el frenazo que se produce en el último trimestre del año.
La importancia de las cifras
El Registro de Inversiones del Ministerio de Economía ha hecho públicas las cifras de inversión extranjera en 2015. Hay que recordar que esta inversión se divide en inversión directa productiva (la que se considera relevante a efectos de empleo y crecimiento) y la inversión en Entidades de Valores Extranjeros (ETVE) que se refiere a la toma de acciones.
En su conjunto, la inversión extranjera alcanzó los 22 695 millones de euros, un 9,6% de aumento interanual. La inversión en valores (ETVE) se redujo en un 13%, alcanzando los 971 millones. En suma, la inversión productiva directa alcanzó los 21 724 millones, un crecimiento del 11% respecto a 2014.
A estas cantidades hay que deducir las desinversiones que superaron en un 21% a las del año anterior. La inversión neta, en consecuencia, alcanzó los 16 184 millones, un 7,9% de crecimiento.
¿Hacia la burbuja, de nuevo?
No cabe duda de que al inversor extranjero le sigue gustando el ladrillo. El 35,5 de la inversión extranjera, frente al 15,6% de 2014, se ha incorporado al ladrillo. La inversión en edificios residenciales ascendió a 3 019 millones, frente a los 36 del año pasado.
En promoción inmobiliaria las inversiones se elevan a 1 490 millones, frente a los 1 075 del año pasado. No parecen interesados los inversores en operar sobre el patrimonio de vivienda existente: las operaciones de compraventa y alquiler, solo suponen el 13,8% de la inversión total y se han reducido respecto al año anterior.
¿Confianza o efecto sede?
El 68,5% de la inversión se concentra en Madrid y Cataluña, en el primer caso recibe 10 093 millones, más del doble de lo que se imputa a Cataluña. Desde hace años, Madrid arrebató la posición de receptora de inversión productiva a Cataluña, a raíz de los agudos procesos de deslocalización.
Debe señalarse una reducción del 1,2% en Madrid y un aumento del 57,8% en el caso catalán. Es importante la inversión en Andalucía que llega a 565 millones, tan solo un 2,6% del total pero con un crecimiento del 99,4%.
El Banco Central Europeo, mediante la compra de deuda española, está manteniendo fuera de los fundamentos económicos la incertidumbre política. Esta es la razón que ha permitido al Ministro de Hacienda afirmar que no habrá impagos de deuda en ninguna Comunidad Autónoma, incluida Cataluña. Es por eso que Standard&Poor´s ha evitado situar a esta Comunidad en situación de “impago selectivo”, aunque la ha situado en un nuevo nivel de bono basura.
Las garantías de Draghi permiten el movimiento del dinero europeo, que concentran casi el 69% de la inversión, en mayor medida que el latinoamericano, en el que se percibe la crisis de Venezuela, inversión desaparecida, o de Brasil, por ejemplo.
Es evidente, el carácter de los inversores y su pasión por la rentabilidad alta, como la del ladrillo, si se considera que los recursos procedentes de Luxemburgo son los más elevados.
La inversión tiene que ver más con los domicilios de las sociedades que con las garantías que ofrezca este o aquel gobierno regional, una vez desaparecido el mercado de bonos o deuda autonómico, ya que nadie está dispuesto a comprar esos bonos.