sábado, mayo 18, 2024
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El Sevilla llega a la final, pese al memorable partidazo del Celta de Vigo

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El Sevilla jugará frente al Barça la final de la Copa del Rey el próximo 21 de mayo, después de superar al Celta en una preciosa eliminatoria en la que el equipo gallego no se rindió en ningún momento. Los celtiñas se vieron en disposición de remontar el partido por algunos minutos, pero un gol de Banega y el miedo que tuvo Martínez Munuera para expulsar a Sergio Rico les sentenciaron.

El resultado no fue justo con los celestes, pero su afición se pudo ir muy orgullosa a casa con el coraje que mostraron sus futbolistas en todo momento. Tiraron de la épica de los equipos grandes, aunque la suerte les diera la espalda. El público de Balaídos lo sabe y por eso cantó la Rianxeira con más corazón que nunca cuando ya sabía que el sueño de la final se había esfumado.

Berizzo y sus chicos serán recordados siempre por estoen Vigo y todavía tienen mucha Liga por delante para soñar con Europa. Konoplyanka empató en el partido en el último suspiro y no dejó para el Celta ni el regusto de una victoria honorífica. N'Zonzi vio una amarilla absurda al final y se perderá el partido decisivo.

Pese a la intensa lluvia y al 4-0 del partido de la ida, el Celta entró al partido muy enchufado e intentó apretar a su rival desde el principio. Sin embargo, las primeras llegadas del encuentro corrieron a cargo del Sevilla. Krohn-Dehli lo probó desde dentro del área, pero el disparo del exceltiña se fue al lateral de la red.

Sin embargo, el choque no era un derroche de calidad y se veía más intensidad que fútbol. Berizzo apostó por Wass como lateral para dar un aire ofensivo a su equipo, pero los gallegos no encontraron la profundidad en su juego hasta bien entrada la primera mitad. Además, los acercamientos más peligrosos fueron anulados por fuera de juego, por lo que el equipo hispalense se desenvolvía con relativa comodidad con la situación.

En cambio, en una combinación perfecta entre Orellana y Aspas llegó el primer gol en Balaídos. El exsevillista comenzó la jugada con un gran pase en profundidad y el chileno le devolvió el balón dentro del área. Después, el punta solo tuvo que empujar el balón, aunque dio la sensación de que Sergio Rico pudo hacer mucho más para cortar el pase.

Una segunda parte frenética

No obstante, antes de llegar al descanso el Sevilla, que no renunció a atacar en ningún momento, rozó el gol en una jugada a balón parado. Iborra consiguió conectar un gran cabezazo, pero su remate se tocó en el palo y salió por la línea de fondo. Además, tras el paso por los vestuarios, las condiciones del césped cambiaron drásticamente, puesto que el césped se encharcó por completo por culpa del agua que cayó en el descanso, a pesar de que había aguantado bien en la primera parte.

Por eso, las dudas de Sergio Rico en cada balón que se acercaba a la portería se multiplicaron. El portero sacó con el pie con muchísima suerte un saque de falta de Orellana que en realidad era un centro, pero que se envenenó sin que nadie lo tocara. Asimismo, el portero se quedó con el molde en la siguiente salida, pero Aspas mandó al lateral de la red su cabezazo, cuando se encontraba a puerta vacía.

En cualquier caso, el Celta ya estaba decidido a atacar a tumba abierta y cada balón que llegaba al área sevillista era un verdadero peligro. De hecho, el segundo gol llegó cuando Sergio Rico intentó atajar un centro de Wass que llegó desde la derecha y le dejó en bandeja otro gol a Aspas. El punta no falló en esa ocasión y los decibelios de Balaídos subieron muchísimo.

El milagro ya era posible y las sensaciones animaban a creen en las posibilidades del Celta, pero cuando peor lo estaba pasando el equipo de Emery, apareció Banega para dejar la eliminatoria casi finiquitada. El argentino se hizo sitio en la frontal del área y sacó un derechazo raso y cruzado ante el que nada pudo hacer Rubén Blanco.

Todo parecía ya resuelto, pero el Celta todavía tuvo una pequeña opción de agarrarse a la eliminatoria. Sergio Rico zancadilleó a Guidetti en un mano a mano y el árbitro pitó penalti, pero no expulsó al portero y desquició a los vigueses. Además, el delantero sueco engañó al guadameta, pero su balón chocó en el palo. Eso acabó por completo con la moral de todos sus compañeros.

Finalmente, el Celta no paró de intentar marcar más goles ni cuando la remontada era realmente imposible. Orellana y Radoja tuvieron el tercero en sus botas, aunque Konoplyanka hizo el tanto del empate en los minutos de la basura, gracias a una jugada de Vitolo que rechazó mal Rubén Blanco. Anteriormente, Rubén blanco había parado un mano a mano a Vitolo.

CELTA DE VIGO: Rubén; Wass (Jonny, min.64), Hugo Mallo, Sergi Gómez, Carles Planas; Marcelo Díaz (Radoja, min.68), Hernández, Orellana; Aspas, Bongonda y Guidetti (Señé, min.72).

SEVILLA: Rico; Coke, Rami, Kolodziecjzak, Escudero; Carriço (Cristóforo, min.63), Iborra (N'Zonzi, min.55); Vitolo, Banega (Konoplyanka, min.71), Krohn-Dehli; y Gameiro.

Goles

1-0, min. 35, Aspas.

2-0, min. 55, Aspas.

2-1, min. 57, Banega.

2-2, min. 87, Konoplyanka.

Árbitro: Martínez Munuera (C.Valenciano). Amonestó a Carles Planas (min. 19) y Hernández (min. 76) en el Celta de Vigo y a Banega (min. 29), Rico (min. 58). También fue expulsado N'Zonzi por parte del Sevilla por doble amarilla, la primera en el minuto 88 y la segunda al finalizar el encuentro.

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