El Paris Saint Germain lleva una temporada de ensueño. Ocupa la primera plaza en la Ligue 1, con una diferencia insultante con el resto de competidores. A falta de una jornada para terminar la primera vuelta del campeonato, aventaja en 17 puntos al segundo clasificado. Además, se ha clasificado para la siguiente ronda de la Champions como segundo de grupo, aunque en el partido del Bernabéu le dio un buen repaso al Real Madrid, pese a que perdió ese partido.
Sin embargo, el buen momento del equipo puede durar muy poco, puesto que varias de las principales caras visibles pueden decir adiós en los próximos meses. Para empezar, Laurent Blanc todavía no ha renovado su contrato, que termina a final de la presente temporada. L’Equipe asegura que el acuerdo con el entrenador se ampliará en breve hasta 2018, aunque la firma todavía no ha llegado.
En cambio, lo que parece claro es que Zlatan Ibrahimovic y Ezequiel Lavezzi se bajarán del barco. El punta todavía es el máximo goleador del equipo y el hombre más importante en ataque, pero a sus 34 años busca un contrato multimillonario y nunca estuvo muy dispuesto a renovar. De hecho, en el mes de noviembre apretó para llevarse el premio al mejor jugador de la Ligue 1 y de paso venderse un poco mejor. Asimismo, Lavezzi ya no tiene la importancia de antaño, pero es un hombre relevante en la rotación que necesitará un sustituto de garantías. Se marchará con total seguridad porque quiere sentirse más útil.
Además, Maxwell también cumple su contrato. El brasileño es muy veterano, pero todavía es un titular indiscutible en el grupo, aunque su baja se cubrirá con la presencia de Kuzawa y el regreso de su cesión de Lucas Digne. Por otra parte, el lateral derecho también se quedará cojo con la marcha de Gregory van der Wiel, aunque Serge Aurier le ha comido el terreno en los últimos meses. Nicolas Douchez tampoco ampliará su compromiso.
Cristiano Ronaldo o un equipo equilibrado
Asimismo, Thiago Motta y Hervin Ongenda pueden intentar forzar la situación este verano, puesto que terminan contrato en 2017 y el exculé ya quiso marcharse el año pasado cuando estaba en idéntica situación. Encima, Lucas Moura también quiere ser titular y en Francia se rumorea que intenta buscar un nuevo destino. En definitiva, el PSG tendrá que fichar muchísimo para suplir a futbolistas importantes y sobre todo para no quedarse sin ningún fondo de armario.
La cartera del propietario del club, Nasser Al-Khelaïfi, está repleta para gastar todo lo que haga falta, pero el PSG tiene su futuro hipotecado por culpa del famoso Fair Play Financiero de la UEFA. En 2014, el organismo europeo ya multó con 60 millones al City y al equipo parisino por saltarse estas normas y un nuevo incumplimiento puede conllevar la pérdida de puntos, la prohibición de nuevos fichajes o incluso la descalificación de torneos.
No obstante, nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde está dispuesta a llegar la UEFA en este asunto, ya que en 2015 descendió la presión sobre estos equipos. Pese a eso, señaló que siguen «bajo una estricta supervisión y deben cumplir aún con los objetivos para llegar al punto de equilibrio, por lo que seguirán sujetos a algunas limitaciones en 2016«.
Las cuentas de los últimos años en la entidad parisina no dejan lugar a dudas. Esta temporada el equipo gastó 98,7 millones más de los que ingresó en fichajes. El año anterior ese déficit fue de 47,3 millones. En la temporada, 2013-2014 el balance total de traspasos fue de 109,4 millones gastados. En la 2012-2013 la cifra se queda en 145,2 millones y en la 2011/2012 el dato refleja otros 97,70 millones.
Por eso, el estatus de Les Parisiens depende en gran parte de su futuro en la Champions League, donde se volverá a enfrentar al Chelsea en octavos de final. Este año las cifras que reparten en la máxima competición continental han crecido muchísimo y apañarían las cuentas de cualquier derrochador. En cualquier caso, si quiere fichar a Cristiano Ronaldo por los 100 millones de los que se habla, tendrá que hacer equilibrios, pese a que consiguiese alzarse con la Orejona. Tendría que sacrificar la calidad en el resto de las líneas y cometería un gran riesgo al fichar un jugador que ya llega a la treintena.