Ya no vale cualquier producto en Internet. El hecho de que el 87% de los internautas consuma vídeo digital y que el consumo en móviles haya pasado en los dos últimos años del 5% a casi un 70% ha hecho que se busque ya más la calidad de la imagen que las imágenes mismas.
Aunque parezca imposible, YouTube no genera beneficios, en parte porque la competencia que tiene cada vez es mayor (la última en sumarse a este carro ha sido Atresmedia con ‘Flooxer’, que presume de vídeos como los que pueden verse en YouTube pero con la máxima calidad).
El año pasado, la web que celebra este 2015 su décimo aniversario facturó casi 4.000 millones de dólares gracias a los anuncios, pero en la misma cantidad se fija su cifra de negocio, incluyendo en ella los costes de la tecnología y lo que paga por sus contenidos.
Y lo malo es que sus problemas para generar beneficio no son nuevos, ya que durante varios años la plataforma ha pasado por varias iniciativas para hacerse más atractiva a las marcas y atraer así más anuncios de vídeo. No parece que lo haya conseguido pese a que en 2014 el crecimiento de la inversión publicitaria en estos vídeos fue del 20%, el doble que, por ejemplo, en los móviles.
Eso sí, el consumo de vídeos cortos ha crecido en los últimos dos años un 400%, según datos de Ooyala, subsidiaria de Telstra y líder innovador en la distribución de vídeo Premium. Los dispositivos móviles ya representan el 30% de todas las reproducciones de vídeo online y, según Ericsson, el vídeo protagonizará el 70% del tráfico móvil en 2021.
Distintos proveedores
El problema para que YouTube no mejore sus resultados puede radicar en que, pese a que cada vez se valora más el vídeo como herramienta para hacer negocio, las empresas no distinguen en ocasiones las diferencias que hay entre los distintos proveedores de vídeo online.
Por lo general, en este mundillo del ‘streaming’ se centraliza todo en las funcionalidades, pero no se profundiza en que hay una división entre los proveedores del mercado. Así, a las plataformas gratuitas para compartir vídeos, como son YouTube, Vimeo, Livestream o la nueva Flooxer, donde cualquier usuario tiene la posibilidad de participar con su propio contenido de forma gratuita, hay que sumar las que dan solución a necesidades profesionales específicas y las profesionales de vídeo online multipropósito.
Las primeras, por ejemplo para webcasting, e-learning o para la creación de portales especializados temáticamente, resuelven casos muy puntuales como Vind, MindBites u On24, mientras que las segundas tienen capacidad para enfocarse en varios aspectos y su pretensión es abarcar una oferta más completa, por lo que son capaces de desarrollar incluso soluciones específicas bajo demanda, ya que la mayoría son soluciones Saas (es el caso de Flumotion, Kaltura o Brightcove).
Eso sí, estos dos últimos modelos no han conseguido, como las gratuitas, crear auténticas redes sociales dedicadas al vídeo, ni democratizar el streaming gracias a la capa social de Internet. Su objetivo es atraer a los creadores de contenidos para conseguir una masa suficiente de audiencia con la que sostener su negocio publicitario.
Gracias a ello se han convertido en un escaparate para las marcas a través de sus perfiles y canales, debido a los grandes volúmenes de audiencia que tienen. Se puede decir que ejercen al mismo tiempo como plataformas de streaming y como redes sociales, aunque con la diferencia de ofrecer vídeos con prestaciones más avanzadas.
La competencia
Por mucho que todavía YouTube siga siendo sinónimo en Internet de ‘vídeos online’, no todo el contenido audiovisual de la red muere en Google. Aparte de esta plataforma, los internautas cuentan cada día que pasa con una más amplia lista de opciones que buscan diferenciarse y ganar posiciones entre los usuarios a base, principalmente, de una mayor calidad de imagen o sonido.
Ese es el caso de Vimeo, uno de los modelos que nació en 2004 como una clara alternativa a Youtube y que en los últimos tiempos ha sido de la que más ha crecido. A diferencia de aquélla permite subir, compartir y descargar vídeos, y en 2007 se definió a sí misma como el primer sitio de vídeos en permitir cargar contenido en alta definición (HD), algo que la plataforma de Google implementó en 2009. Otra de sus diferencias es que permite verlos sin necesidad de la tecnología Flash.
En aquel 2007 también nacía al público, UStream, una plataforma íntegramente dedicada al streaming y al videocast que, pese a almacenar vídeos y contenido audiovisual, tiene como principal objetivo soportar la transmisión en vivo. Como principales activos, además de una buena integración en redes sociales (sobre todo con Twitter), están esa transmisión gratuita de audio y vídeo, que no tiene límite en la transmisión y que contiene varios canales diferentes.
También merece citarse Archive.org, sitio web que busca convertirse en el archivo universal de la web, lo que incluye vídeos, audios, textos y cualquier contenido que circule por internet. Aquí, de manera gratuita, se puede encontrar, subir y compartir cualquier tipo de vídeo, de cualquier extensión y dejarlo liberado para ser usado por todos los usuarios bajo formatos abiertos (opensource) y cerrados. Además, no sólo se pueden encontrar películas sin copyright (o con derechos de autor permitidos) sino también largometrajes animados, vídeos domésticos y cualquier otro tipo de contenido con «imágenes en movimiento».
Algo más diferente es Hulu, que se creó exclusivamente para ofrecer contenidos de canales de TV, por lo que no permite subir los de usuarios. En este caso la gratuidad es sólo para los usuarios de algunos mercados (EEUU y Reino Unido) y permite ver contenidos ya emitidos por la mayoría de las cadenas de TV de EEUU.
En el caso de DailyMotion, mezcla entre YouTube y Vimeo, ya que tiene todas las mismas utilidades, ventajas y desventajas de ambas. La diferencia es que no es una plataforma estadounidense sino francesa y que su interfaz es un poco más incómoda para los que no lo usan habitualmente. La plataforma tiene canales dedicados a temáticas específicas y acuerdos comerciales con Canal+ para transmitir contenido de forma regular.