sábado, mayo 18, 2024
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Las literarias elecciones francesas

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Francia es el país más literario del mundo. Los franceses tienen por costumbre convertir las elecciones en asuntos literarios y por eso los políticos escriben y dicen que leen.

Además, como es un país rural donde las raíces agrarias cuentan mucho, todos acuden indefectiblemente al Salon de l'agriculture a que les hagan fotos acariciando las vacas charolesas y comiendo queso.

Literatura y política han estado unidas en Francia por lo menos desde el siglo XVIII. Los políticos leen y escriben, y los escritores escriben sobre ellos. Desde la política ficción, con el genial 'Sumisión', de Houellebecq, hasta los pesados y pasajeros manuales para electores indecisos.

La tradición panfletaria y polemista francesa está hoy servida con dos enfants terribles como Eric Zemmour o Geoffroy Lejeune, demoledores y políticamente incorrectos. Las librerías de Francia están llenas de libros efímeros, algunos supuestamente escritos por los candidatos, como si para convencer al electorado no bastasen las campañas, la televisión, el Salon de l'agriculture y las redes sociales.

El libro 'Révolution' de Emmanuel Macron, que se confiesa admirador de Mendès France y De Gaulle, discípulo de Michel Rocard que rechaza a Hollande tras ser su ministro, es objeto de sesudos análisis. Pero por ahora es una campaña sin programa, pues habla más de sí mismo que de los franceses, con frases tan manidas como la del «contrato con la nación».

Solo falta mes y medio para las presidenciales y yo tenía la esperanza de que Marc Lambron escribiese sobre Fillon y Penélope porque fue un excelente retratista de Segolène Royal y de Sarkozy en su día. Su primer libro había sido sobre la España de la movida y la transición, 'L'impromptu de Madrid', crónica de hace treinta y tantos años.

Lambron describió ese afán de los políticos franceses por congraciarse con los intelectuales -corporación que tanto peso tiene en la Galia-, y con el ambiente mundano, artificioso y hedonista de Saint Germain des Prés, epítome de la izquierda de salón. El conoce los pasillos del poder y del Derecho (hizo la ENA y es del Conseil d'État) así como el permanente esnobismo de los cenáculos de escritores que describe con detalle e ironía. ¿Qué diría ahora del cuento de la lechera de Benoît Hamon, de la vaguedad de Macron o del millón de Fillon y de 'sua famiglia'?

Jaime-Axel Ruiz Baudrihaye

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