miércoles, mayo 8, 2024
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El jarro de agua fría

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Solo una hora antes de que Villegas anunciara que Ciudadanos no había llegado a un acuerdo con el PSOE, y que en cualquier caso lo que debían decidir sus compañeros de partido era si votaban no a la propuesta de gobierno de Pedro Sánchez, o se abstenían en el debate de investidura, pues no pensaban votar a favor, un miembro destacado del PSOE comentaba que contaban con el apoyo de Ciudadanos y que Rajoy debería abstenerse para permitir que España saliera de esta situación de impasse que no conviene a nadie. Ese personaje se sentía eufórico por el “casi” acuerdo con Ciudadanos.

El anuncio de Villegas debió por tanto ser un jarro de agua fría para el equipo de  Sánchez. Segundo jarro de agua fría tras las dos intervenciones  anteriores de Pablo Iglesias en las que, rodeado de su equipo habitual, proponía un gobierno de coalición, con su correspondiente programa de gobierno,  de imposible aceptación para los socialistas.  Hasta Pedro Sánchez comprendió que  no podía dar luz verde a  las exigencias del dirigente de Podemos. Pero si el secretario general del PSOE cayera en el disparate de aceptarlo, que no caerá, ahí está el comité federal para pararle los pies.

Conclusión: estamos donde estábamos. Es decir, viviendo un teatro en el que cada uno trata de engañar al otro para ver si así cede. No pararemos de repetirlo: imposible prever qué va a ocurrir, así que vamos con lo que ya ha ocurrido.

Rajoy ha dicho en Bruselas que si  se dejara presionar por los poderes económicos o mediáticos no merecería ser presidente de gobierno. Lo que no ha añadido el presidente en funciones, y quizá debiera, es que sí recibe presiones de empresarios del Ibex. Lo aseguran algunos de sus colaboradores más cercanos. Quieren que el PP se abstenga y facilite un acuerdo del Psoe con Ciudadanos, porque temen que en caso contrario se pueda producir una aproximación entre el Psoe y Podemos. Y  cualquiera que piense en el futuro sabe que mal van a ir  las cosas, y no solo las económicas, con Podemos influyendo en el Psoe. Lo que responden aquellos del PP que reciben ciertos mensajes de presidentes de empresas importantes es que Rajoy ha ganado las elecciones. Que si Sánchez no consigue formar gobierno lo va a intentar él para impedir unas nuevas elecciones, y que si logra un acuerdo con Ciudadanos esos presidentes de empresas deberían indicar a Pedro Sánchez que sería bueno para España que se abstuviera en la sesión de investidura  de Rajoy. Es decir, lo mismo que piden los empresarios a Rajoy, pero cambiando el nombre de Rajoy por el de Sánchez.

Lo que no ha añadido el presidente en funciones, y quizá debiera, es que sí recibe presiones de empresarios del Ibex

Un mandamás de Ciudadanos se cuida de expresar excesivo entusiasmo respecto a Sánchez o a Rajoy, pero sí critica que Rajoy no aceptara el encargo del rey Felipe de ser candidato cuando se lo ofreció. Una decisión que Felipe González ha definido como “táctica inteligente”, aunque los titulares de su intervención se los llevó la frase de que Rajoy debería permitir que Sánchez pudiera formar gobierno, que está en la línea de sus declaraciones de hace un par de semanas cuando dijo que tanto Rajoy como Sánchez  deberían dejar  que gobernara quien lograse los apoyos suficientes para formar gobierno con la abstención del otro. No es el único socialista que considera que la decisión de Rajoy fue acertada, esta periodista se lo escuchado a dos destacados miembros de gobiernos de Felipe González, con mejores cabezas que muchos de los que ahora están en el candelero. Aunque no fuera más que por su larga trayectoria y su conocimiento profundo de las entretelas políticas.

Y una pildorita final. Susana Díaz, que solo sería candidata si se lo pidieran masivamente y por aclamación, meterá el dedo en el ojo a Pedro Sánchez el día 28, en plenas negociaciones, al llevar una moción a los ayuntamientos y diputaciones andaluzas para que voten a favor de la unidad de España y de la igualdad de todos los españoles vivan  en la región en la  que vivan.

Me cuentan, por cierto, que si finalmente diera el salto a la política nacional, a Susana Díaz le gustaría que Juan Espadas, alcalde de Sevilla, hombre de sentido común, fuera el nuevo líder del PSOE andaluz.

Pilar Cernuda

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