viernes, abril 26, 2024
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Montoro cree que somos tontos

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Igual que Zapatero acabó diciendo crisis y Rajoy llamó Bárcenas a quien se refería como «esa persona por la que usted me pregunta», la vicepresidenta del Gobierno ha llamado por dos veces amnistía fiscal a lo que su partido y sus compañeros de gabinete llaman «proceso de regularización de activos ocultos». No parece tan difícil. Se podría pensar que Sáenz de Santamaría ha tenido un lapsus, pero es mujer inteligente, bregada en la arena política y acuñadora de otros memorables eufemismos como el que se sacó de la manga cuando, después de un Consejo de Ministros presentó una nueva subida de impuestos como un «recargo temporal de solidaridad».

La pronunciación del anatema ha puesto de los nervios a Montoro que ha recordado de nuevo que lo que hizo el gobierno no fue amnistía porque no hubo perdón. ¿A quién cree que habla este hombre? Claro que hubo perdón. Los amnistiados pagaron una mínima parte de lo que deberían haber ingresado en circunstancias normales. Además, como el proceso no ponía límites al dinero aflorado, la factura regular que algunos deberían haber abonado sobrepasaría los límites de un delito fiscal que también fue perdonado. Y por si fuera poco, este procedimiento regulado en un Real Decreto-ley se complementó con instrucciones que reforzaban las garantías y mejoraban las condiciones de quienes pasaban de ser defraudadores a contribuyentes sin tacha. Así que, por lo menos, sería deseable que el ministro Montoro no insulte nuestra inteligencia y hiera nuestra sensibilidad, que nos pilla haciendo la Declaración de la Renta.

Deberíamos conocer también nombres y apellidos de los 705 Ratos dado que somos contribuyentes

El procedimiento no sólo recaudó la mitad de lo previsto sino que fue tan opaco y carente de controles de comprobación que entre los 30.000 amnistiados ahora Hacienda investiga a 705 contribuyentes por presuntos delitos de blanqueo de capitales. 705 Ratos de los que también deberíamos conocer nombres y apellidos dado que somos los contribuyentes y no Montoro quienes sufrimos las consecuencias del agujero de este perdón. Ya sabemos que la publicación de esta lista negra rompería la confidencialidad que exige la ley. Pero la amnistía fiscal también saltó las costuras de la norma y, sin embargo, se hizo, premiando al gran defraudador frente a los contribuyentes cumplidores.

Isaías Lafuente

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