viernes, abril 26, 2024
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Datos para la historia

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Quizás no lo sabían pero “la crisis ya es historia”. Lo ha decretado la factoría de ficciones asentada en La Moncloa desde hace tres años. La misma que en los últimos meses ha tratado de convencernos de que España “asombra al mundo”, que empieza a verse como “una de las economías más competitivas del mundo” o de que ya solo se habla “de cuán grande será la recuperación”, algo que sólo los “cenizos” niegan. Sólo falta la rúbrica en el BOE y adiós crisis.

Lamentablemente, el optimismo gubernamental choca con la realidad cotidiana, que constata día sí y día también que España sufre hoy más paro, más precariedad laboral, más desigualdad y más pobreza. Pero también graves desequilibrios macroeconómicos.

 España sufre hoy más paro, más precariedad laboral, más desigualdad y más pobreza

Aunque para Rajoy la crisis es historia, el número de desempleados es hoy mayor que cuando asumió las riendas del Gobierno. En estos tres años, y gracias a su política laboral, se han destruido 650.000 empleos y el grado de cobertura de los parados ha caído por debajo del 50%, con casi tres millones de desempleados sin prestación de ningún tipo y 1,8 millones de hogares sin ingresos.

Que la precariedad es la tónica del mercado laboral la ejemplifica el dato incontestable de que uno de cada tres trabajadores cobra un salario inferior al salario mínimo interprofesional. O que la OIT haya certificado la debacle salarial que se ha producido en España, con una pérdida del 17% del poder adquisitivo, lo que nos ha convertido en el segundo país más desigual de la OCDE, solo superados por Estados Unidos.

Ante esta situación, no puede extrañar que la emigración haya vuelto a hacer acto de presencia en España. Desde que Rajoy es presidente 354.000 personas ha abandonado nuestro país. Con ser preocupante, esa cifra global oculta otra mucho más grave: más de un millón de personas de entre 20 y 35 años han dejado nuestro país en este período. Más de un millón de las personas más capacitadas para sacar a este país adelante se han visto obligadas a tirar de maleta ante un mercado laboral que cuando no está cerrado a cal y canto, lo único que ofrece es precariedad y frustración.

Por si no fueran ejemplos suficientes, informe tras informe se constata una realidad lacerante: el 36% de los niños, y más del 20% de los adultos, viven en nuestro país bajo el umbral de la pobreza. Pero eso no ha merecido un solo plan del Gobierno. Lo importante es que la crisis es historia.

Pero incluso siguiéndole el juego al presidente, para quien lo primordial son los datos macroeconómicos y no la realidad de la calle, esa en la que se siguen sufriendo 150 desahucios al día, la crisis está lejos de ser historia. Al contrario, alcanza cada día nuevos techos históricos.

Es lo que sucede con la deuda pública. Cuando llegó al Gobierno, Mariano Rajoy se encontró con una deuda pública por debajo del 70%. Hoy, rescate bancario mediante, la deuda roza el 100%. Una enorme bola de nieve de capital e intereses que hay que devolver y que amenaza nuestra débil situación a poco que se genere inestabilidad en los mercados. Y no son pocos los riesgos, empezando por la situación que atraviesa, una vez más, Grecia.

En cuanto al control del déficit, verdadera clave de bóveda de la política económica de este Gobierno y excusa para justificar los sangrantes recortes sociales que ha venido imponiendo desde que asumió el poder, ni lo ha cumplido un solo de los años pasados ni, como ha advertido la Comisión Europea, lo va a cumplir este. Lo cual amenazaría con una nueva oleada de recortes, si no fuera porque el año que viene es año electoral…

Por lo que respecta a la inflación, seguimos en terreno negativo, en auténtica deflación desde hace meses. Pero esa realidad no existe para el Gobierno. Como la desigualdad o la pobreza.

No, la crisis no es historia. La crisis es histórica. Y lo seguirá siendo mientras este país no consiga revertir el paro y la creciente desigualdad que en él se ha instalado, pese a propaganda y consignas.

José Blanco

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