lunes, mayo 6, 2024
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Wyoming y Marhuenda, esa extraña pareja

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Ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedio. Ya lo escribía Jorge Manrique en el prerrenacimiento. Casi nada. Más recientemente, Pimpinela (cualquier comparación con el autor de 'Coplas por la muerte de su padre' no es pura coincidencia sino demencia senil), nos cantaba lo de 'Hay amores que matan'. Cualquiera de las dos afirmaciones podría aplicarse a la extraña relación que mantienen Francisco Marhuenda y el Gran Wyoming.

Para que luego digan que los compañeros del mismo grupo tienen que remar en la misma dirección. El uno, hacia la izquierda. El otro, hacia la derecha. El uno, hacia la entelequia, las cosas irreales. El otro, hacia el egocentrismo. Lo de llevarse bien entre sí, otro cuento chino. 

No hay día, quizás ni hora, en la que uno no se acuerde del otro, o hasta de su madre. Basta una aparición televisiva para que eso se produzca. En programas propios o extraños, en cadenas de la casa o de la competencia. Hasta cuando se acuestan (cada uno en su casita, por supuesto) deben imaginarse al otro, aunque sólo sea para ver por dónde atacarle a la mañana siguiente. 

Así, Marhuenda aprovechó su visita este miércoles a 'El cascabel', ese programa de 13 TV que, por muchas visitas que tenga del director de La Razón, sigue siendo minoritario, para lanzar sus últimas puyas contra su «amigo» del alma. 

Según él, «en este país todo es a la brocha gorda. ¡Estilo Gran Wyoming!». Después de reírse con su ingenio, su anfitrión le recordó que a su «amigo» le llamaban ahora «Don Piso», por aquello de esos supuestos 16 pisos que tiene por Madrid, dándole pie a que indicara que «'Don Piso' era una agencia inmobiliaria, pero no descartes que se dedique a ello, porque oye, para gestionar tanto piso de alquiler es un poco complicado, no sé si tú tienes 16 pisos…». 

Como Antonio Jiménez le dijo que «yo me conformaría con tres…», Marhuenda aprovechó para lanzar otro dardo envenenado a su «amigo» recordando a su anfitrión que «¡Es que no eres de izquierdas, chavalote! ¡Te tienes que hacer de izquierdas, Antonio!».

Un día antes, el presentador de 'El intermedio' había aprovechado la tribuna de su espacio para, aprovechando la polémica homilía del cardenal Rouco Varela en el funeral de Estado de Adolfo Suárez, afirmar que «empiezo a pensar que Rouco Varela no se prepara las misas leyendo la Biblia, se las prepara leyendo La Razón«.

Los «efectos especiales» del programa le echaron un capote convirtiendo su atril en el de una iglesia cualquiera, y Wyoming lanzó su particular homilía desde un púlpito:  «Lectura del santo editorial del apóstol Paco Marhuenda, capítulo 3, versículo 8: Y fue entonces cuando el maestro se le apareció a los periodistas en forma de un sagrado televisor de plasma de 40 pulgadas, y les dijo que la unidad de España es muy difícil, pero yo os digo que un camello entrará antes por el ojo de una aguja que Artur Mas en la Unión Europea. Palabra de La Razón«.

Desde Jack Lemmon y Walter Matthau en 'La extraña pareja', o incluso desde Andrés Pajares y Fernando Esteso, para que los dos bandos estén felices, uno no recordaba una tan divertida. Lo bueno es que, a diferencia de aquellas, ésta no parece que se vaya a disolver con facilidad. La juerga está garantizada durante mucho tiempo.  

 

La mosca

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