Leo en información que publica Estrella Digital que Cayo Lara, Coordinador General de Izquierda Unida, ha dicho que la coalición está abierta a incluir en sus listas electorales para las próximas elecciones generales a los ‘indignados’, ya que considera que las propuestas que está haciendo el Movimiento 15-M «tienen que tener cauce parlamentario». De eso no cabe duda, pero ¿es I.U. la formación adecuada para dar cobijo a este movimiento ciudadano? Y digo bien, ciudadano, porque no está demostrado ni confesado que los ‘indignados’ sean exclusivamente de izquierdas. Me consta que los hay de todas las tendencias y lo que tratan de evitar es significarse con partidos políticos que siguen asentados en la “élite” que les regalan las instituciones. Pero no deja de ser llamativo que sea Cayo Lara, quien les abra las puertas de su coalición, cuando él ha permitido que una de las políticas más comprometidas, capaces y preparadas, Inés Sabanés, hoy en Equo, tuviera que marcharse aburrida porque no le dejaban trabajar.
Eso indigna mucho. Y el Sr. Lara debería saberlo.
E indigna tanto o más escucharle decir que “no hay que olvidar que desde hace ya muchísimo tiempo desde esta fuerza política (I.U.) venimos presentando y defendiendo propuestas que entroncan mucho con el 15-M». Hace falta tener la caradura propia de los ignorantes para pronunciar estas palabras y añadir que “no queremos protagonizar ni liderar el movimiento”. Ningún miembro del colectivo dejaría que Cayo Lara se pusiera a la cabeza.
A saber, y además de dejar escapar a la política madrileña a otra formación que, por ausencia de contaminación, sí podría reunir el espíritu de los indignados, el señor Lara es el responsable –irresponsable- del desaguisado de Extremadura.
Un líder incapaz de poner orden en la organización que, presuntamente, dirige y que reedita la pinza con el PP para desalojar al PSOE del gobierno extremeño no puede gozar de la más mínima confianza para dirigir a los ‘indignados’.
Muchos votantes han redirigido su indignación contra él y la coalición, por lo que si el movimiento 15-M cometiera el error de buscar cobijo en I.U, lo que encontraría sería un nicho.
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Alfonso García