martes, mayo 7, 2024
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El sistema inmunológico mundial

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Ni la Gripe A, ni las vacas locas, ni la gripe asiática lograron convertirse en graves pandemias. Pero costaron mucho dinero. Tampoco se ha caído ningún avión cuando la nube de cenizas de un volcán islandés invadió Europa, pues entró en funcionamiento el sistema de prevención de Eurocontrol, que cerró el espacio aéreo europeo y dejó miles de aviones y pasajeros en tierra. Costó 1.700 millones de euros. La bancarrota de Lehman Brothers y el contagio de esta peste financiera por todo el mundo pudo llegar más lejos, y originar la quiebra de cientos de bancos en todo el mundo, pero se ha taponado a tiempo. Ha costado mucho dinero en todo el planeta. Un terremoto quebró las casas y la economía haitianas, pero en pocas semanas se inició la reconstrucción y ya se ha aprobado un rescate financiero.

Epidemias, virus, terremotos, crisis económicas… Los males se extienden a toda velocidad, pero los glóbulos blancos mundiales los atacan rápidamente. Ése es uno de los signos de nuestra época. Grandes crisis pero también grandes cantidades de dinero. Grandes glóbulos salvadores. A algunos les gusta llamarlo globalización. Da igual como se llame. Las cosas suceden a mayor velocidad. Los virus financieros o biológicos estallan y contagian al planeta, pero los anticuerpos del dinero intervienen con la misma velocidad. Un gasto de dinero colosal. Pero parece que funciona.

Las cosas no eran así hace 80 años.

En 1929, la crisis económica, que empezó castigando a empresas sobrevaloradas en bolsa, hundió el mundo de las finanzas en EEUU y contagió al resto del mundo. Esa crisis duró diez años. EEUU pasó de los felices años veinte a los miserables años treinta. John Steinbeck contó en Las uvas de la ira la ruina de los agricultores, las expropiaciones de sus tierras por los bancos, y la emigración de miles de familias hacia la soñada California.

El desempleo en EEUU superó el 25% en 1933, y se mantuvo entre el 15% y el 20% hasta que estalló la Segunda Guerra Mundial. Los bonos americanos tardaron 30 años en recuperar su rentabilidad, según un informe de Nomura.

Hoy es diferente. Desde el 2007, cuando cayeron dos fondos de Bear Stearns, el paro en EEUU pasó del 4,5% al 10%, pero ahora ha bajado al 9,8. Y la economía americana se recupera poco a poco, gracias a una inyección poderosa de dinero.

Lo mismo sucederá con Grecia. El sistema inmunológico europeo está preparado para inocular miles millones de euros y salvar a esta economía enferma llena de deudas, donde evadir impuestos es un deporte olímpico, y que encima manipulaba los termómetros para demostrar que su salud era envidiable. Todo era mentira griega. Pero lo arreglaremos rápidamente. Nos costará dinero.

El dinero nos metió en esta crisis, y con dinero saldremos de ella. Es un remedio homeopático. Aplicar dosis de la misma enfermedad para curarte de ella. Jamás en la historia se habían inyectado en las economías de los países tales cantidades de dinero en tan poco tiempo. Portentoso.

¿Servirá?

The Economist decía hace dos años que las crisis son cada vez más cortas. ¿Diría lo mismo ahora? La intervención de los gobiernos, las acciones coordinadas de instituciones internacionales, las nuevas leyes, todo eso actúa como un gigantesco apósito que tapona las heridas con rapidez. Eso hay que reconocerlo. Es el Sistema Inmunológico Mundial.

Bueno, España es una excepción. ¿Por qué? Porque desde EEUU, hasta Irlanda, desde Francia a Alemania, los países desarrollados pusieron en marcha planes de ataque estilo «fuerzas de asalto»: intervención, neutralización, estímulo, resultados. Aquí todavía no hay un plan de ataque. Hay planitos. Muy pequeñitos y muy tardíos.

Hay cosas que no encajan.

Por ejemplo, el Gobierno aplicó un plan inmunológico masivo para evitar que se propagara la Gripe A. Compró millones de vacunas. Alertó a los hospitales. Invirtió millones de euros en publicidad preventiva. Y funcionó. ¿Que costó dinero? Bueno, así funciona este sistema inmunológico. Es el coste de la vida. Vale la pena pagarlo.

Pero, ¿por qué el Gobierno no ha aplicado ese sistema inmunológico a la economía? No ha reformado el mercado laboral para crear un contrato de crisis. No ha forzado un acuerdo entre sindicatos y empresarios. No ha cortado la sangría del paro. El Gobierno aprueba leyes de economía sostenible para fundar la idílica economía del futuro, no del presente.

Y si el médico no interviene, ¿qué deben hacer los pacientes? Demostrar que se puede salir de la crisis a pesar de que el Gobierno no haga nada relevante. Los españoles se inyectarán sus propias vacunas. Gran país.

Carlos Salas

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