lunes, mayo 20, 2024
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Rajoy se juega su futuro político

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Con el levantamiento parcial del secreto del sumario del ‘caso Gurtel’, y con los nuevos datos que están saliendo a relucir sobre una supuesta financiación ilegal del Partido Popular en Valencia, Mariano Rajoy, presidente nacional del partido, que hasta el último momento ha estado apoyando tanto a Bárcenas, tesorero nacional, como a Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana y su principal aliado en el Congreso de Valencia, entra en una difícil situación que tendrá que resolver cuanto antes, si no quiere que la riada valenciana llegue hasta su despacho en la calle Génova, sede central del partido.

A Rajoy, que ha puesto la mano en el fuego por Camps en el affaire de los trajes, del que ha salido indemne en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJV), se le ha complicado el escenario político al hacerse público solventes informes policiales sobre una supuesta financiación ilegal del Partido en la Comunidad Valenciana en la que estarían implicados el vicepresidente de la Generalitat, Vicente Rambla, y el secretario general del PPV, Ricardo Costa.

Costa, que tenía la promesa de Camps de entrar en el Gobierno en la última crisis, que se quedó prácticamente en nada por el miedo de Camps a mover nada en mitad de la tormenta, se niega a abandonar el cargo a pesar de las presiones de Génova, que por boca de María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, ha pedido «medidas contundentes», interpretando el pensamiento de Rajoy de que hace falta una mayor claridad al explicar lo que está pasando, en una Comunidad que va de sobresalto en sobresalto.

Costa se refugia en Camps, como último responsable de todos los contactos con la trama, mientras que Rambla se refugia en Costa y en el propio presidente de la Generalitat, que, «enrocado» en una posición numantina, ni hace caso a la dirección de Génova ni está dispuesto, por lo declarado en el debate sobre política general que se ha iniciado en las Cortes valencianas, a asumir ningún tipo de responsabilidad en los casos denunciados de supuesta financiación ilegal en la que habrían participado varias empresas de la Comunidad Valenciana.

Sólo ha dejado una puerta entreabierta cuando, a lo largo del tenso debate que se ha desarrollado en las Cortes valencianas, Camps ha dicho que a veces sueña con ser presidente, pero… «no ahora, sino cuando toque».

Y ¿cuándo toca? Ésa es la gran incógnita que pesa sobre la Comunidad Valenciana, y cada vez más sobre Génova y sobre Mariano Rajoy, que no consiguen desprenderse del desgaste político que para él y para su equipo están teniendo las informaciones sobre el ‘caso Gurtel’.

Rajoy, por boca de María Dolores de Cospedal, ha pedido «contundencia» en el comportamiento del partido en Valencia, pero da la impresión de que ese mensaje, como suele decir coloquialmente en muchas ocasiones el propio dirigente popular en la intimidad, «se la suda» a los dirigentes valencianos, que parecen pertenecer a otro partido donde la dirección nacional tiene poco que decir.

En este escándalo la única que ha actuado con rapidez y coherencia ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre… Rajoy ha sido, incluso, incapaz de abrir una investigación interna dentro del partido, similar a la que en su momento abrió José María Aznar cuando, recién llegado a la Presidencia del PP como Mariano Rajoy, estalló el ‘caso Naseiro’ (otro escándalo de financiación ilegal del PP) y la investigación tuvo que hacerla el actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

Pero, quiera, o no, Rajoy tendrá que mover ficha porque en ello le va su propio futuro político y de su proyecto…

José Oneto

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