Este iceberg ocupa 6.000 kilómetros ahora que se ha desprendido de la Antártida. La grieta que tenía se ha roto finalmente. El inmenso iceberg pesa 1 billón de toneladas y su superficie es igual a cuatro veces Ciudad de México y diez veces Madrid. Los científicos ya le han puesto un nombre, el A68, que se ha desprendido de la Plataforma Larsen C, parte de la barrera de hielo Larsen, que está localizada a lo largo de la costa oriental de la península Antártica, al noroeste del mar de Weddell.
Este desprendimiento tiene muchas consecuencias negativas. Hay muchos peligros que hacen que esta gran masa de agua congelada dañe a las fauna marina, a los navegantes de alta mar, por lo que es muy importante controlar el rumbo que va a tomar el iceberg. Incluso esta gran masa de agua puede partirse en superficies más pequeñas.
Rumbo del iceberg
La experta en observaciones satelitales de la Universidad de Leeds, Anna Hogg explicó a la BBC que el movimiento de los icebergs está controlado mayormente por los vientos de la atmósfera y las corrientes oceánicas que empujan al bloque de hielo que está por debajo de la superficie del agua”.Pero el rumbo que tome el banco también puede variar por la simetría de lecho marino, o los accidentes geográficos submarinos. “Las pequeñas montañas en el fondo del mar, pueden ser lo suficientemente altas como para hacer que el témpano permanezca en el mismo sitio por un tiempo”, afirma la experta.
A pesar de su cantidad y peso, el A68 ya estaba flotando antes de su desprendimiento, por lo que los científicos no prevén que se produzca un aumento del nivel del mar a corto plazo. Si se mueve de su posición original, el billón de toneladas de hielo viajará alrededor de la Antártida, que gira por el continente en el sentido contrario a las agujas del reloj. Cuando el bloque de hielo llegue a la punta, seguirá moviéndose hacia el norte. Será entonces cuando el iceberg empezará a sufrir transformaciones que pueden ser peligrosas.
Una de las principales transformaciones será la fragmentación en icebergs más pequeños. Esto no supone un peligro real para los navegantes, ya que cuanto más grande sea el iceberg, más probabilidades de divisarlo desde lejos. Sin embargo, los más pequeños son mucho más imprevisibles.
Cristina Sánchez