Ante la cúpula de su ministerio, el nuevo titular de Justicia, Juan Carlos Campo, y otras autoridades, entre ellas la todavía fiscal general del Estado, María José Segarra, y el defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, Marlaska ha agradecido a Pedro Sánchez que haya confiado de nuevo en él.
Tras agradecer a todos los que trabajan en el ámbito de Interior, desde las fuerzas de seguridad a los servicios de protección civil y los funcionarios de prisiones, el ministro ha reiterado los retos de su departamento que ha resumido en la necesidad de seguir construyendo «el concepto de seguridad humana».
La lucha contra la inmigración irregular, las mafias que trafican con seres humanos, la protección internacional y el derecho de asilo, la delincuencia organizada, la equiparación salarial y la dignificación de las condiciones de trabajo de las fuerzas de seguridad son otros de los objetivos enunciados por el ministro.
Marlaska ha insistido en que en todos estos retos quiere trabajar con la sociedad civil y ha mencionado explícitamente a las víctimas del terrorismo y de la violencia vial.
Y en el repaso a todos los que colaboran en todas estas tareas ha hecho una mención especial a los Mossos d’Esquadra, con los que, según ha dicho, «ha trabajado mucho y muy bien», aunque no se ha olvidado de la Ertzaintza, de la Policía foral de Navarra y de todas las policías locales.
Un lapsus del ministro, que se ha equivocado al decir en sus 19 años como ministro en lugar de 19 meses, ha sido la anécdota del acto. «19 años me parece mucho para ser ministro del Interior, incluso para mí», ha bromeado.
Marlaska ha resaltado el honor que le supone estar en el Gobierno de España: «Es algo muy serio. A veces se te cambia el cuerpo (…) Es el compromiso de dar lo máximo (…) Seguiremos trabajando y mirando al horizonte para que nada ni nadie nos haga bajar la cabeza».
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