viernes, mayo 17, 2024
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Un francés denuncia una humillación de la Guardia Civil por portar una ‘estelada’

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Un ciudadano catalán ha denunciado haber sido humillado por agentes de la Guardia Civil en el aeropuerto del Prat. El denunciante que portaba un portátil con una pegatina de una 'estelada', bandera independentista catalana, afirma que los guardias civiles le llevaron a una sala para realizarle un registro exhaustivo de sus pertenencias sólo por el hecho de llevar un adhesivo de la ANC. El afectado se llama Claude Lefebvre y declara estar acompañado de su pareja, Roser Farràs, en el momento de los hechos ocurridos el pasado jueves, 16 de febrero. Lefebvre tenía que coger el vuelo de Vueling que salía de la T-1 a las 12.45 con destino a Marsella, tras pasar tres meses con su pareja en Cataluña, pero este incidente estuvo a punto de hacerle perder el avión. 

Los problemas comenzaron con el agente que pasa el equipaje de mano por el escáner, en el control de seguridad para acceder a la zona de embarque. El denunciante asegura que logró pasar el arco de seguridad sin mayores problemas, pero su equipaje no corrió la misma suerte. Uno de los guardias civiles que vigilan los objetos que pasan por el escáner le preguntó si portaba algún aparato electrónico y que si así fuera que lo sacara. Lefebvre no tuvo ningún reparo en extraer su ordenador portátil porque no tenía nada que ocultar.

Hasta aquí todo correcto, pero la sorpresa vino cuando uno de los agentes del Instituto Armado señaló un adhesivo con una 'estelada' que llevaba la parte frontal de la computadora y espetó: «No, eso no». El denunciante extrañado le respondió: «Sí, el ordenador», pero el agente de nuevo volvió a negarle con la cabeza a lo que Lefebvre contestó: «Sí, Cataluña, independencia». En ese momento, el agente replicó hizo sonar la alarma del arco de seguridad para que Inmediatamente otro guardia civil acudiera al lugar de los hechos, según relata la publicación digital, 'Vilaweb'. 

El calvario de este pasajero no acabó aquí. Tras esta desagradable situación fue conducido agarrado del brazo con una fuerza desproporcionada a una sala del propio aeropuerto. Allí le hicieron esperar diez minutos de pie sin decirle nada. El denunciante, afectado de lumbalgia, pidió poder sentarse, pero los agentes denegaron su petición a pesar de Lefebvre les enseñó un documento médico donde confirmaba si dolencia muscular, siempre según la versión que relata el periódico digital. Después de unos incómodos minutos de silencio, los guardias civiles le preguntaron por qué portaba un adhesivo de la ANC en su ordenador portátil, pero su castellano no era muy bueno y los agentes tuvieron dificultades para entenderle. 

Al final, en un idioma que mezclaba el francés con el castellano logró explicar que el aparato en cuestión era de su pareja, ciudadana de Cataluña. «Tienes que entender que es por seguridad, y por la amenaza terrorista que hay», le dijeron, según relata el diario digital. Lefebvre hizo ver que si lo tenían allí retenido no era por el ordenador, sino por el adhesivo. Cuando todo parecía aclarado, de repente, el mismo agente que le estaba interrogando lo volvió a coger por el brazo cuando volvían a la zona del control de seguridad del aeropuerto y le volvió a pedir a gritos y ante los pasajeros que hacían cola para acceder a la zona de embarque, por qué llevaba ese adhesivo de la 'estelada'. El denunciante volvió a esgrimir el mismo argumento. «Es el ordenador de mi mujer.», afirmó en un idioma que mezclaba el castellano, el francés y el catalán. ''¡Pero si no sabe ni hablar!», exclamó entonces el agente del Instituto Armado, lo que provocó la risas de los allí presentes.

Claude Lefebvre afirmo sentirse humillado por lo que procedió a pedirle el nombre del agente que la había registrado e interrogado, pero este se negó. Al final, logró coger el avión 'in extremis' y poner una denuncia en una comisaría de Córcega. El afectado confía que al haber cámaras de seguridad todo el incidente habrá quedado grabado y podrá así demostrar lo sucedido. De momento, queda pendiente de una llamada para declarar en Bastia, aunque por si sirviera también se ha puesto en contacto con el consulado francés en Barcelona y su pareja, Farrás, hará lo propio con el Síndic de Greuges, a quien enviará el mismo texto traducido al catalán.

Carlos Lospitao

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