lunes, mayo 20, 2024
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La enfermería de Las Ventas no es solo cosa de toreros

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Para los toreros, cuando llegan a una plaza, hay dos lugares sagrados: la capilla y la enfermería. En ambas estancias encominedan su suerte. Pero la enfermería de las plazas de toros es mucho más que el quirófano de urgencias para salvar la vida de toreros. Miles de personas que han acudido a actos y eventos en Las Ventas han sido atendidos de contingencias como inicios de partos, golpes de calor, desmayos, quemaduras y hasta comas etílicos.

“Hemos tenido el comienzo de un parto. A una mujer también le tiraron una colilla de un puro que se le metió por el escote y le hizo unas quemaduras tremendas. Hemos llegado a tener sesenta chicas en la enfermería donde solo hay cinco camas. Fue en un concierto de Leif Garret. Estaban todas allí un 15 de agosto a las doce de la mañana, caían como moscas”, recuerda el cirujano Máximo García padrós, responsable de la enfermería del coso madrileño.

La enfermería de Las Ventas es la sala de urgencia para óperas y zarzuelas, festivales de rock en los años ochenta y conciertos de ídolos y adolescentes, como el del ‘sex symbol’ de los ochenta, Leif Garret. “Tuvimos un concierto de rock and roll por la época del alcalde Tierno Galván que empezaba a las cuatro de la tarde y que terminaba a las cuatro de la mañana. Tuvimos setenta pacientes, la mayoría de ellos ‘alcolizados’”, recuerda el facultativo madrileño. El equipo también tuvo que coser bocas en cadena a varios forcados portugueses. García Padros recuerda que lograron controlar el caos.

El récord de atención de urgencias tuvo lugar en la representación de la ópera Aída en los años noventa. Al estreno acudieron 17.000 personas. Era el mes de junio y la audición duró tres días. “El público estaba sentado en sillas de tijera. Los hombres con sus corbatas y las mujeres con sus fajas. No veas como caían. Atendimos a doscientas y pico personas en los tres días, es decir, ochenta personas cada día. Caían desmayados”, explica el doctor Máximo García Padros.

Según los datos analizados por el propio García Padros, la enfermería de la plaza de Las Ventas ha atendido a más personas anónimas que ha personalidades reconocidas del mundo del toro. El estudio del doctor revela que desde el año 1939 el equipo médico de la plaza madrileña ha hecho frente a 12.000 atenciones sanitarias, de las cuales 3.400 han sido a toreros.

Redacción

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