Hace unas semanas los principales imputados en la trama Gürtel decidieron dejar de hacer la guerra por su cuenta y empezar a concertar, discretamente, sus defensas. Aunque Gürtel pareciera una estructura granítica, la realidad es que los miembros de la presunta trama corrupta no lo son. Como ejemplo, Bárcenas era, en las anotaciones de Francisco Correa, «Luis el cabrón». El extesorero del PP ha sido el último en unirse a una estrategia común de defensa, estrategia que se ve en los juzgados, pero también en sus movimientos extrajudiciales.
Hace unas semanas, el 20 de junio, los tres principales imputados presentaban ante el juez Pablo Ruz un escrito casi idéntico, con la misma tesis: la prescripción de delitos fiscales anteriores a 2003. En virtud de la prescripción, pedían que no se investigara nada relacionado con sus movimientos fiscales anterirores a ese año. Un argumento muy utilizado también en círculos ‘populares’ y en el que Génova basa su aparente tranquilidad. Hasta el momento, y esto siempre en privado, cuando un miembro del Partido Popular hablaba del ‘caso Bárcenas’ y de lo que éste podría perjudicar judicialmente al presidente del Gobierno el razonamiento siempre era el mismo: el delito, de ser cierto -que nadie lo reconoce-, estaría prescrito.
Otro movimiento concertado, este fuera de los focos de la Audiencia Nacional y de los escritos judiciales, fue la reunión que avanzó ESTRELLA DIGITAL la semana pasada de un emisario de este grupo de imputados con un representante enviado por el Gobierno, con resultado inesperado para los compañeros de Gürtel. La petición por parte de la Fiscalía del ingreso en prisión de Luis Bárcenas, hasta el momento protegido, ha desatado el vendaval.
Un fuerte vendaval mediático, orquestado y teledirigido con una única intención: desprestigiar a la formación política con la que un día trabajaron muy estrechamente y que hoy ha decidido darles la espalda. Tanto es así, que tres de sus principales implicados -Pablo Crespo, Luis Bárcenas y Francisco Correa- han decidido comenzar a la vez la batalla en los medios de comunicación. El que fuera secretario de Organización del PPdeG entre 1996 y 1999 ya ha hecho su particular confesión en un medio de comunicación. El extesorero ‘popular’ ha roto su silencio -el preso, porque ya había hecho llegar información por medio de satélites suyos como Jorge Trías– con el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez. Una estrategia, además, que en clave cinematográfica se resumiría con la célebre frase: «Valgo más por lo que callo que por lo que cuento». Y el cabecilla de la trama ha sido visto repetidas veces en la sede de un grupo de comunicación desde donde se estaría pergeñando esta estrategia mediática.
Además, los abogados de los imputados son letrados de cierta resonancia pública, como Miguel Durán (expresidente de las ONCE) que prepresenta a Pablo Crespo; José Antonio Choclán, que se ocupa de la defensa de Francisco Correa, y ahora Bárcenas quiere contratar al exjuez Gómez de Liaño para que trabaje en la suya. Decisión que éste último ha tenido que tomar después de que el lunes pasado, el bufete del abogado Miguel Bajo lo abandonara a su suerte tras comprobar la existencia de discrepancias de peso relacionadas con la estrategia frente a su imputación por parte del juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz. Todo indica que el artículo publicado el pasado domingo por el director del diario El Mundo y su intención de cambiar su versión inicial -en la que negaba la autoría de los documentos publicados primero por El País (fotocopias) y luego por el periódico de Pedro J. Ramírez (originales) – ha motivado esta decisión.
Si de algo no hay duda es que Luis Bárcenas ha puesto a funcionar la maquinaria de la venganza. Y sus primeras víctimas están claras: el presidente del Gobierno y líder de la formación que gestionó durante 20 años, Mariano Rajoy, y la culpable de su despido en 2009, María Dolores de Cospedal. La primera bala la lanzó esta semana. La publicación en el diario El Mundo de los supuestos papeles originales que demostrarían el mecanismo de financiación ilegal del Partido Popular durante dos décadas tras recibir donaciones en metálico de constructores y otros empresarios que a su vez obtenían adjudicaciones o contratos de las administraciones gobernadas por el partido y el pago de sobresueldos ilegales a dirigentes ‘populares’, entre los que se encontraria Rajoy, es sólo una muestra de ello.
Pero la cosa no termina aquí, el extesorero guarda en la manga más munición. Munición que iría dirigida a la secretaria general del PP. Tal y como anuncian varios medios de comunicación, Luis Bárcenas conserva a buen recaudo un recibo firmado por un estrecho colaborador de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha que avalaría su versión sobre el cobro por parte de los ‘populares’ castellano-manchegos de una donación de 200.000 euros para la financiación irregular del Partido Popular. La ‘número dos’ de Rajoy en Génova lo ha negado «rotundamente». «Es absolutamente falso que ningún estrecho colaborador mío recibiera esa cantidad de dinero y haya participado en las actividades que describe el artículo, por otra parte, dignas de una película del cine negro», dice la también presidenta de Castilla-La Mancha. Así pues, y tal y como anuncia la secretaria general del PP, sus abogados «ya tienen encomendado el ejercicio de acciones judiciales contra D. Luis Bárcenas por esta nueva calumnia, acciones que se suman a las ya ejercidas con anterioridad con ocasión de la publicación de informaciones falsas y calumniosas hechas con anterioridad».