En el último mes y medio, se dice pronto, estamos asistiendo a una de las maniobras más sucias y organizadas contra el Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Además de imputarle una serie de delitos, lo que ya ha sido rechazado de plano por la Fiscalía y el Pleno del Supremo, sobre la base de no se sabe muy bien qué argumento, se han atacado las creencias más íntimas de su persona, se han inventado miserablemente una historia repugnante sobre su vida sexual y se ha pretendido presentar a un hombre radicalmente distinto a cómo es realmente. Se trata claramente de una artimaña política, como ya empiezan a reconocer sus promotores.
La mano de roble que mece la cuna de José Manuel Gómez Benítez, tras ver frustradas sus ansias de poder está tratando de eliminar personal y profesionalmente, a la persona que, con sentido de Estado, la frenó. El Sr. Benítez, además, en connivencia, trata de hacer su justicia tal y como ellos la entienden y conviene a sus propios intereses.
Ya hemos tenido conocimiento de que la propia Fiscalía y el Pleno del Tribunal Supremo han dado tozudamente la razón a Carlos Divar, rechazando el Pleno, por amplísima mayoría, tras examinar la documentación entregada por el propio Carlos Divar, la querella presentada contra éste último. Pero parece que para estos señores, no es suficiente y continúan con su infame campaña de desprestigio personal y profesional contra su Presidente, elegido en su momento por unanimidad del Consejo, incluidos ellos.
Con el rechazo de esta querella no sólo, como no le queda más remedio que reconocer a la Sra. Robles, se cierra la vía penal, sino que el Tribunal Supremo considera con ello, que el Sr. Divar no utilizó fondos públicos para pagar actividades privadas, importante cuestión que no señala la Sra. Robles y que, por supuesto y aunque le pueda pesar, cierra igualmente, cualquier cuestión estética o ética.
Lo único que parce haber conseguido el Pleno con respecto a la Sra. Robles es que ésta cambie su argumento para forzar la dimisión del Sr. Divar; ahora los viajes no son importantes, llegando a decir en Intereconomía televisión que Carlos Divar es una persona honorable, pero que lo que importa es que es un cargo político y que al no generar confianza aquél debe dimitir. Me gustaría saber quien puede generar confianza cuando uno es la pieza de caza del acoso más repugnante orquestado en España en los últimos tiempos.
Por su parte, el Sr. Benitez, todavía sorprendentemente vocal del Consejo General del Poder Judicial, menosprecia y parece que no quiere acatar, tanto la decisión del Tribunal Supremo, como la de la Fiscalía, a la que incluso la ha acusado de no querer investigar. Para colmo, este Sr. salió en televisión, en el programa Kilometro Cero en Telemadrid, la víspera de la resolución por el Tribunal Supremo de la querella presentada contra Carlos Divar, en un clarísimo intento de influenciar, de alguna manera, en la decisión que horas más tarde se iba a adoptar en nuestro Alto Tribunal. ¿Cómo es posible que el Sr. Benitez continúe formando parte del órgano de gobierno de los jueces si no respeta ni a los Jueces, ni a los Fiscales ni sus resoluciones?
Es absolutamente desproporcionado el escarnio al que está siendo sometido Carlos Divar, y más cuando el Tribunal Supremo y la fiscalía le han dado la razón. La pregunta sería: ¿Qué bien está haciendo D. Carlos Divar que tanto preocupa a la banda izquierda, política, mediática y judicial de España?
En todo caso, nos reiteramos, no todo vale…ni siquiera… en tiempos de crisis.
Ernesto López Cantalejo