Los políticos, algunos, son como niños. En cuanto les quitas el juguete o el caramelo –o sea, el cargo- ya eres malo, muy malo. Hay uno de esos políticos que tuvo un cargo importante en la mismísima Puerta del Sol que en público dice una cosa y la contraria en privado. Por otra parte, algo muy común entre la casta política española. Se le he escuchado decir que la política no es sólo el gobierno. Es verdad, lo que ocurre es que en su caso la posición que ocupaba ayudaba a quitar penas, a los demás, por supuesto. No vamos desencaminados porque también ha dicho que la decisión de ir a una cámara parlamentaria nacional, ha sido lo mejor para el Gobierno y para él, en lo personal. No le quepa la más mínima duda. Ha sido la mejor decisión para todos. Sobre todo para él. También para los madrileños, algunos de los cuales no tendrán que mirar hacia atrás por si les siguen señores raros que no son, precisamente, el cobrador del frac.
El caso es que su nueva etapa política la toma con resignación y, parece, con ganas de revancha, pero por lo bajini, claro. A algún incauto que se ha dejado sorprender le cuenta lo malo que es un tal Nacho y que fue él quien organizó a los señores que seguían a la gente. Despotrica de su amiga Espe y dice que Nacho la tiene “abducida” para acabar con su futuro político. ¿Pero qué futuro político? Ya no le queda, porque él mismo lo ha dilapidado.
A lo más que puede aspirar es a seguir haciendo trajes a Espe y a Nacho. Pero se va a quedar sin gente que le escuche y puede que Espe y Nacho se enfaden todavía más con él. Es lo que tiene caer en desgracia.