El equipo de la Ministra de Asuntos Exteriores, y ella misma, Trinidad Jiménez, están que se suben por las paredes por el dispendio que está realizando con cargo a las arcas del Estado su predecesor en el cargo, Miguel Ángel Moratinos. El exministro pretende ser el futuro Director General de la FAO (Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) para lo que se ha encontrado, como es lógico, con el apoyo del Gobierno de España, e incluso de la oposición.
Todo estupendo porque siempre es positivo tener un español en un cargo del máximo nivel institucional. Ocurrió con Samaranch, Zaragoza y Rato, entre otros y siempre hubo consenso. Pero la candidatura de Moratinos ha generado dos problemas: el alto coste de los viajes y los celos de la actual inquilina del Palacio de Santa Cruz.
Moratinos ha viajado a buena parte de África, Europa, Canadá y Estados Unidos en un avión Falcon sufragado por el Estado. ESTRELLA DIGITAL ha intentado recabar información en el Ministerio de Asuntos Exteriores sobre la factura de gastos de combustible, alojamientos y dietas de la tripulación y del personal que acompaña a Moratinos. Hasta el momento de escribir este artículo no hemos recibido respuesta. Cabe preguntarse si en tiempos de crisis es de recibo que Moratinos se pegue la “vida padre” recorriendo el mundo. Uno de los últimos viajes de los que hemos tenido conocimiento ocurrió el 15 de marzo y el destino fue Senegal. Según informó la agencia Efe hace casi un mes, el séquito de Moratinos por África estaba compuesto, entre otros por la directora general de África, Carmen de la Peña; el embajador en Misión Especial para Asuntos Africanos, Ramiro Fernández; la asesora técnica del Ministerio de Medio Ambiente, Lourdes Magaña, y Diego Martínez Belio, asesor de campaña.
Pero el segundo problema no es menos importante. Este periódico ha podido constatar que los miembros de la legación española que le acompaña le siguen llamando “ministro” a pesar de que ya no lo es. El asunto ha llegado a oídos de Trinidad Jiménez y está hecha un basilisco. El “cabreo” de Trini es aun mayor porque los viajes de Moratinos incluyen entrevistas con líderes y ministros de los países que visita. Al margen de los celos, a Trinidad Jiménez le preocupa la imagen que ofrece la diplomacia española en el exterior y, por supuesto, los elevados gastos que generan Moratinos y su equipo. Moratinos va por libre gastando lo que no está en los escritos, Trini se lo habría contado a Zapatero, pero este no sabe ni contesta.
Lo mismo que el ministerio de Asuntos Exteriores donde, a pesar de varios intentos, nos han dado la callada por respuesta y negando el derecho a conocer la cuantía de los gastos y el parecer de Jiménez.
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