martes, mayo 14, 2024
- Publicidad -

Llenos de moral

No te pierdas...

El Partido Popular ha escenificado en Sevilla la foto de la unidad que tanto pretendía Mariano Rajoy. Incluso, el abrazo con Aznar que no se veía en público desde 2008 ha disipado muchas dudas hasta el punto de hacer respirar aliviados a los militantes populares.

Más allá del titular ofrecido por Rajoy en su discurso de clausura recogido por todos los medios: “España tiene sed de urnas” y, teniendo en cuenta que la Convención en si misma no ha aportado contenidos de fondo, lo positivo para el PP, y quienes le apoyan, es que han sido ellos quienes han marcado la agenda política del fin de semana. Fundamental.

La reunión de los “barones” socialistas del sábado para unificar posiciones sobre el pacto social y las pensiones no ha sido suficiente para frenar la euforia popular y la imagen trasladada a la opinión pública.

Y esto ya es un indicativo. Una mayoría de ciudadanos ya no se fían y han dejado de creer en las promesas de Zapatero, mientras, en cambio, esperan la llegada  del día de las elecciones generales. En eso tiene razón Rajoy: cunde “la sed de urnas”.  Pero aquí también caben matices. Es muy legítimo que el PP, como el resto de partidos, aspire a lograr el máximo poder en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Pero no es menos verdad que muchos alcaldes y algunos presidentes socialistas no son responsables de la gestión que todos hemos tenido que sufrir con Zapatero. Es más,  casi todos ellos y administrando “economía de guerra”, han dado ejemplo de buen hacer en políticas sociales e infraestructuras. Pero ZP, en su caída libre, los va arrastrar a todos.

Todo lo contrario al papel que le tiene reservado el destino, o “la sed de urnas”,  a Mariano Rajoy. La Convención ha estado llena luces, todas ellas enfocando al líder del PP como el gran protagonista de la próxima función.

Pero como en todas las galas, siempre aparecen algunos secundarios que desentonan, ya sea por extralimitarse en su interpretación o por flojear en ella.

El primero ha sido Mayor Oreja al afirmar que el PSOE abraza la cultura de la muerte en referencia a la ley del aborto. No había lugar.

La segunda, la Presidente de la Comunidad de Madrid, quien no pudiendo soportar que, en esta ocasión, solo formaba parte del reparto, se permitió ausentarse a mitad de acto junto a su delegación madrileña.

Muchos populares, irritados con esta actitud, se preguntan si es que añora la presencia de Álvarez Cascos, a quien tanto ha defendido en contra de la corriente mayoritaria del partido.

El desapego que Esperanza Aguirre ha tenido en la Convención de su partido no ha servido para impedir que las luces sigan enfocando a Rajoy. A su pesar.

Se ha quedado sin tiempo para apagar el interruptor de la corriente eléctrica. Solo le falta intentar un cortocircuito, pero sin Álvarez, ni Cascos lo tiene difícil.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -