“Los bancos no pueden llevarse por delante al España, como sí ha ocurrido con otras economías”, decía este miércoles un director de inversiones. Esta reflexión venía a colación del comportamiento de nuestra deuda en la sesión precedente, en plena crisis portuguesa y con una rebaja masiva de la calificación crediticia de nuestra banca (sólo se salvaron Santander, BBVA y La Caixa) por parte de Moody´s.
La prima de riesgo española quedó este miércoles en 192 puntos básicos, sólidamente por debajo de los 200 puntos, mientras que por el contrario, la portuguesa se disparaba hasta máximos históricos. Los primeros teletipos indicaban que los mercados estaban discriminando entre España y Portugal, algo curioso, ya que en los meses precedentes se ha metido en el mismo saco a Irlanda, Grecia, Portugal y España. Incluso se llegó a especular con la necesidad de un rescate para nuestro país, algo a todas luces falso.
Este miércoles la cosa cambió. ¿Cuál es la explicación? Las fuentes consultadas indican que “los mercados dejaron claro que temen mucho más a los Gobiernos que a los bancos”. Quedó demostrado, ya que en Portugal la situación era una enorme crisis política, con dimisión de su primer ministro incluida y por ello penalizaron los inversores a los bonos lusos.
Pero en España, el recorte a nuestro sistema financiero fue considerado como lógico, después del realizado a España. Sólo la solidez que ofrece a nuestras finanzas Santander, BBVA, Caixa e incluso Bankia, es una garantía que no han tenido otros países, comenta el director de inversiones consultado.
“¿Quienes han causado la mala imagen de nuestras cajas, más que el Banco de España y el propio Gobierno?” se pregunta el experto, que critica la falta de claridad que han tenido las autoridades y su incapacidad para gestionar una crisis que debería haberse resuelto hace tiempo.
Una rebaja por debajo de los 200 puntos básicos de nuestra deuda es una muy buena noticia para España, ya que aliviará muchas tensiones. No en vano, en ciernes hay importantes colocaciones de los bancos convertidos en cajas previstas para después del verano y cuanto menos presión haya en los mercados de capitales, mejor para todos.
Habrá que ver si es sostenible que nuestros bonos se mantengan por debajo de la cota de los 200 puntos, algo que nos alejaría con claridad del grupo de países sospechosos y otorgaría un mínimo de credibilidad al Ejecutivo.