La guerra por captar pasivo, es decir, dinero que se deposita en el banco a un plazo determinado a cambio de una rentabilidad pactada, está en todas las oficinas bancarias. Hay entidades que ofrecen hasta el 5% por gestionar durante un tiempo nuestro dinero. Los calificativos que se oyen sobre esta situación son: “suicidas”, “insostenibles”, “inaceptables”…
¿Por qué tanto nerviosismo? Carlos Tusquets, presidente de Grupo Banco Mediolanum y de la Asociación de Asesores Financieros, lo explicaba recientemente en una entrevista: “yo entiendo que se haga una promoción en un tiempo determinado, seis meses, por ejemplo, sabes lo que vas a gastar y tal vez sea más barato que un anuncio en televisión. Pero no es aceptable hacerlo durante mucho tiempo, porque no puedes comprar duros a 6 pesetas y venderlos a 4. Es una forma ideal de arruinarte”.
Los tipos de interés oficiales están en el 1% y algunos bancos y cajas pagan hasta el 4,75% por depósitos que no están vinculados a la compra de otros productos. Esta nueva edición de la guerra del pasivo (se reproduce cada x tiempo y suele ser especialmente virulenta a final de año, para mejorar los balances) ha hecho que el 92% de los españoles que ahorran tengan sus fondos en estos depósitos.
Las entidades financieras captaron 36.915 millones de euros en nuevos depósitos durante septiembre, último dato disponible. Eran 3.400 millones más que en agosto, un mes considerado flojo por las vacaciones. La rentabilidad media de los depósitos se situó en el 2,63%, pero va en ascenso mes a mes. En conjunto, los bancos aplicaron de media un 2,93% y las cajas un 2,41%.
Los bancos están intentando hacerse con un negocio que hasta ahora era casi un coto privado de las cajas, pero éstas han reaccionado y son las que protagonizan las ofertas más agresivas. La crítica hacia ellas procede de la utilización, por una gran mayoría, de fondos públicos para superar la crisis financiera, y por ello los bancos las acusan de competencia desleal, de ofrecer ahora a sus clientes rentabilidades más altas que las de sus competidores con las ayudas que han recibido para sanear sus balances.
Las inyecciones que han recibido del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ascienden a 10.200 millones de euros. Las entidades tienen que devolverlos en un plazo de cinco años a tipos del 7,75%, lo que hace que algunos muestren su preocupación por la capacidad de algunas cajas para afrontar el pago de esos préstamos si siguen siendo tan combativas en sus ofertas.
El subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, señaló a finales de octubre, sin mencionar a ninguna firma, que en el caso de aquellas entidades que han recibido ayuda del FROB, “se habrá de actuar con especial prudencia a la hora de acometer las estrategias de captación de depósitos minoristas, precisamente por el apoyo con fondos públicos recibido, y acelerar al máximo la culminación de sus planes de integración y reestructuración”. Y en el último Informe de Estabilidad financiera, el Banco de España dice que las entidades que acometan estas estrategias “deben valorar, en función de sus fortalezas y de su rentabilidad, los retos que les plantean”. Explica que la competencia por captar el ahorro de las familias tiene un mayor coste para los depósitos nuevos y eso presiona las cuentas de resultados.
Mientras bancos y cajas se lanzan acusaciones, si usted tiene unos ahorrillos y les quiere sacar el máximo partido, lo que debe hacer es entrar en internet y localizar cualquiera de las páginas web que comparan depósitos bancarios. No se deje llevar sólo por la cifra del tipo de interés y mire si están vinculados a otro producto o no. Ahora se han multiplicado las rentabilidades porque es el periodo fuerte de la campaña para la captación de planes de pensiones. Así, por ejemplo, La Caixa ofrece hasta un 5% en uno de sus depósitos, pero sólo si se contrata uno de sus planes de pensiones. Debe tener en cuenta que, en estos casos, la rentabilidad real es más baja, porque el producto vinculado siempre tiene un coste. Pero también hay buenas ofertas sin ningún tipo de vinculación, como la de Caixa Catalunya, al 4,75%, que fue la que hizo poner el grito en el cielo a muchos bancos.