El Real Madrid fichó a Martin Odegaard por tres millones de euros en enero de 2015. El joven noruego llegó con etiqueta de estrella y con un sueldo que, según varios medios, supera los cuatro millones de euros al año, algo que molestó a muchos de sus compañeros en el Castilla. También llegó con un compromiso firmado para entrenar con el primer equipo y en un principio no quiso trabajar entre semana con sus compañeros del filial. En cambio, parece que poco a poco empieza a adaptarse a la ciudad y al grupo.
Solo marcó un gol la pasada temporada y este curso todavía no ha anotado ninguno, pero su actuación de este fin de semana en Amorebieta contrasta poderosamente con la que protagonizó la temporada pasada en el mismo campo. El joven llegó con 16 años al equipo que entonces entrenaba Zidane y jugó su primer partido fuera de casa en el campo vasco. Acabó rebozado en el barro, asustado por el juego brusco de la 2ª B española y salió sustituido en el descanso. Entonces se empezó a decir que el Madrid había fichado a un pufo y se le comparó con juguetes rotos como Freddy Adu.
En cambio, este año, ya con Luis Miguel Ramis como técnico del Castilla, firmó su mejor partido desde que juega en España y no le pesó para nada el barro de Amorebieta. Su equipo ganó 1-4 y el internacional absoluto más joven de la historia repartió dos grandes asistencias. La primera de ellas sirvió para que Borja Mayoral abriera la lata. Además, sus quiebros y recortes con el balón hicieron que los aficionados se diesen cuenta de que el Madrid tenía grandes motivos para contratarle.
Muy cómodo con Ramis
No obstante, este sólo es un primer paso para que el futbolista cumpla con las expectativas que en su momento se depositaron sobre él. Sus números en cuanto asistencias todavía son discretos, puesto que solo había repartido otras dos en lo que va de temporada, aunque empieza a crecer la esperanza en él en Valdebebas. Hasta ahora, había jugado casi todos los partidos de titular, aunque casi siempre terminaba sustituido, pero con 17 años vuelve a mostrarse en crecimiento.
Pese a todo, Zidane no cuenta demasiado con él para los entrenamientos del primer equipo, puesto que Martin aceptó entrenarse siempre con el filial, después de la gran polémica que se creó la temporada pasada. Llorente y Mayoral se ejercitan con más asiduidad con los mayores, pero él ya no está obsesionado por saltarse etapas.
El Castilla ha ganado seis partidos seguidos desde que Zidane dejó de entrenar al filial para hacerse cargo del primer equipo. Luis Miguel Ramis ha conseguido que los chicos no acusen el cambio e incluso ha conseguido enchufar al niño noruego ausente. El equipo ya está a dos puntos del Barakaldo, que ocupa la primera plaza del Grupo II de Segunda B y ahora tendría acceso al partido por el ascenso directo. La clasificación al para el playoff está prácticamente garantizada, puesto que el Castilla aventaja al quinto clasificado en 14 puntos. Odegaard se ve más cerca de Segunda y eso le hace tomarse los partidos con más ilusión.