viernes, abril 26, 2024
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El Madrid marca con pulseras a los aficionados pacíficos y pone coto a la reventa

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«Tolerancia cero con los violentos» es el lema que Florentino Pérez y su directiva promueven desde finales de 2013. Sin embargo, en casi dos años de lucha, el club no ha conseguido derrotar del todo a los Ultras Sur. Las salidas del equipo están marcadas por todo tipo de incidentes, pero el Real Madrid cree que también puede solucionar esto. Para ello, utilizará entradas nominativas y unas pulseras moradas que marcarán a los aficionados afines a la directiva.

En cambio, el presidente del club merengue nunca fue un modelo en la lucha contra los violentos. Permitió homenajes de ultras en el estadio a varios jugadores e hizo favores a la peña radical durante mucho tiempo a cambio de que mantuvieran una actitud pacífica. Generalmente, como ocurre en otros clubes, las entradas que el club facilitaba para los desplazamientos servían para financiar a la organización por medio de la reventa.

Sin embargo, el presidente creó un monstruo sin darse cuenta. Florentino trataba siempre con el sector veterano de Ultras Sur, pero los jóvenes se cansaron de la sumisión e intentaron tomar el control de la organización. El 9 de noviembre de 2013, antes de un partido frente a la Real Sociedad, los miembros de las dos facciones quedaron en la calle de Marceliano Santa María, en el bar Drakkar, para resolver sus diferencias a botellazo limpio y navajazos. Eso generó miedo a Florentino y rápidamente decidió montar una grada de animación con gente a la que pudiera dirigir sin problemas.

Los Ultras Sur no se fueron por las buenas del Bernabéu, pero el problema se apagó poco a poco en casa, para intensificarse en los viajes del equipo. Los miembros de la nueva Grada Joven sufrieron las iras de los violentos en cada viaje. En Getafe se vieron imágenes impactantes, pero el mayor escándalo llegó en Suecia.

Doble identificación

El pasado 30 de septiembre, 20 radicales fueron detenidos y otro acabó en el Hospital, horas antes del partido frente al Malmö. El club ya era consciente de que en los desplazamientos europeos los Ultras Sur se colaban por culpa de los aficionados que vendían sus entradas, pero las recientes sanciones de la UEFA a equipos visitantes les han hecho actuar rápidamente, para evitar más multas.

Por todo eso, el club ha cambiado el sistema de venta de entradas. El Atlético de Madrid, tras la muerte de Jimmy, estableció un sistema de entradas nominativas para que todos los aficionados tuvieran que enseñar el DNI antes de entrar a los campos, pero al Madrid no le vale con eso.

El club de Concha Espina estrena este miércoles un nuevo sistema en París. A partir de ahora, obligarán a los socios que hayan comprado entradas a personarse en un punto de la ciudad donde se va a disputar el partido. Allí se identificará a los socios y se les entregará el pase oficial para el partido, con el nombre y DNI de los interesados, acompañado de una pulsera identificativa. Finalmente, los aficionados tendrán que volver a mostrar su documento de identidad en los tornos de acceso al campo y tener la pulsera en un lugar bien visible.

Con todo esto, se consigue evitar la reventa y que algunas peñas cercanas a Florentino dejen de hacer su agosto, puesto que vendían sus entradas a reventas profesionales que luego las repartían sin ningún tipo de control. Se evita que el nombre del equipo se ensucie en temas de violencia, aunque los Ultras Sur todavía podrán comprar en algunas ocasiones entradas dirigidas a la afición local. El perjudicado vuelve a ser el aficionado que solo quiere divertirse en el fútbol, que tendrá que hacer cola para recoger una entrada. Supuestamente, los puntos de distribución estarán cerca de los estadios, pero habrá que ver si los desplazamientos añadidos dentro de ciudades extranjeras les resultan cómodos a los verdaderos afectados.

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