domingo, mayo 19, 2024
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¿Cómo ganar a EEUU?

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Una década sin respuesta a semejante enigma. ¿Cómo vencer a la excelencia? ¿Cómo vencer a la historia? La misma respuesta: Hacer un partido perfecto. El mismo desenlace: La derrota. Así fue en los Ángeles, así en Barcelona, en Sidney, en Atenas, Pekín o Londres. ¿Es que acaso no existe criptonita para este superhéroe? ¿Está España abocada a morir una y otra vez en la orilla?

La bestia vuelve aparecer al final del camino. Está vez no es tan terrible y se atisba la esperanza. Pese a que lo componen jugadores de primer nivel, algo falta entre ellos. Quizá tenga que ver con que ya no tienen en sus filas a dos de los cinco mejores jugadores de la historia (el debate será eterno) cómo Kobe Bryant y Lebron James. Primero fue Australia, después Serbia, por último Francia. Cada partido en su contexto, cada esperanza tiene sus misterios. Todos ellos sin demasiado en juego, pero que desvelaron carencias hasta ahora ocultas.

España debe cumplir tres mandamientos para competir con Estados Unidos. No se habla ya de ganar, sino de competir hasta el último minuto. El primero es ser agresivo, tanto en ataque como en defensa. Cada pase debe tener sentido. Se debe obligar a los americanos a esforzarse en defensa, como ocurrió en las últimas finales olimpicas. No se debe pasar un bloqueo por detrás. Cada penetración de EEUU debe ser agónica. Hay que aguantar el cuerpo a cuerpo, tanto en ataque como en defensa.

El segundo mandamiento es el rebote en defensa. No conceder segundas oportunidades es fundamental. Estados Unidos explota esa faceta del juego como ningún otro equipo, en lo que va de campeonato suman casi 23 puntos tras rebotes ofensivos. Ese guarismo es superior incluso al que tiene en transición, donde suman cerca de 20 puntos.

El tercer mandamiento es más peculiar. Se trata de una elección: ¿Cómo morir? ¿Con qué veneno? Estados Unidos presenta infinidad de ellos, cada uno es efectivo pero no todos son letales.

La defensa

La defensa en baloncesto no consiste en negar el tiro sino transformarlo. La clave es hacerlo incomodo para el tirador. Obligar a variar la mecánica para que no acierte el objetivo, al final los partidos los deciden los porcentajes y en estos sí se puede influir. El primer veneno es el triple, se juegan más de 27 triples por partido y en lo que va de campeonato no están tan acertados como otros. La fase de grupos la han terminado con un 39,3%, lejos de guarismos que se acercaban al 50% en el pasado. España ha promediado cerca de 43% en los últimos tres partidos.

A pesar de ello, obligar al lanzamiento exterior no es la mejor solución. Por suerte para España, otros ya han catado ese prueba y error para ver que hace daño a los norteamericanos. Serbia demostró que la presión alta sobre el balón aislaba el juego de EEUU. Quizá el mejor veneno, el menos letal, es probar la naturaleza misma del juego, obligarlos a disputar constantes 'uno contra uno'. A Serbia le sirvió y ganó así el partido durante 35 minutos y a Francia tampoco le fue mal.

Lowry e Irving son bases que amasan mucho el balón, una técnica perfecta pero una visión de juego menor. No son Jason Kidd ni Chris Paul o Deron Willians, la dirección del juego es el punto débil de está selección. Se debe aislar el balón, si el balón no circula la salida natural de jugadores de este calibre es el uno contra uno, dónde son expertos, sí, pero también más vulnerables. Paul George, Demar Derozan, Kevin Durant, Carmelo Anthony o el mismo Irving son jugadores con esa tendencia natural.

Una vez aislados, España debe ser lista. El uno contra uno solo debe ser el señuelo, siempre tiene que existir una ayuda. El hombre clave es Gasol, su envergadura debe servir para cambiar muchos tiros norteamericanos. Gobert (2,16), Raduljica (2,13) o Bogut (2,13) fueron esenciales en ese aspecto y sus selecciones jugaron de tú a tú a Estados Unidos.

La jugada debe morir ahí, tras obligar al fallo el equipo debe cerrar el rebote. Importantísimo es cerrar bien la posición. La salida de Gasol (u otro jugador) para puntear el tiro hace más débil al equipo para cerrar el rebote, por ello debe haber compromiso de todos en ese aspecto.

Ataque continuo

El primer punto es pararlos, en la medida de lo posible en ataque. Pero eso solo es un paso, se necesita de un ataque fluido y continuo para doblegarlos. El balón siempre corre más en pase que en bote, por ello España no debe abusar del bote y sí del pase. Serbia demostró también que tras más de siete pases en ataque EEUU se desordenaba y se producían ventajas que acaban en canasta. Los ataques serbios con más de seis o siete pases acaban en canasta casi el 80% de las veces. Cuando eran menos, los encestes apenas superaban el 30% de acierto.

El 'pick and roll', bloqueo más continuación entre base y pívot, también será clave. Australia encontró una vía de agua que Serbia con Teodosic y Jokic convirtieron en boquete. Estados Unidos no ha sabido encontrar una figura que entienda y defienda bien esa suerte, como sí hiciera años atrás James. Draymon Green llegó con ese cartel pero su contribución no sobrepasa lo testimonial.

Es el partido de Pau Gasol, la última muesca que añadir a su revólver. Ese aspecto es propicio para él, ya sea en continuación hacía dentro, amenazando con el tiro exterior o encontrando compañeros solos debe abusar en esa suerte. Si pueden, apuesten fuerte por él.

Un partido para buscar la inmortalidad. El próximo España-Estados Unidos, ya un gran clásico de la historia del baloncesto, es la última oportunidad que le queda a la mejor generación de baloncestitas de la historia de España. Éste año es más probable que nunca, pero tan improbable como siempre.

Pedro Ruiz

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