En la mayoría de los gimnasios de todo el mundo, se ve como muchos amantes de la fuerza realizan auténticas burradas a diario. A menudo, sus inconscientes prácticas no tienen consecuencias graves, pero los que tienen menos suerte sufren diferentes lesiones por tirar con más peso de la cuenta.
Por eso, siempre es bueno ser precavido a la hora de elegir un peso confortable y utilizar las precauciones convenientes, pero la cosa cambia cuando se habla del deporte de elite. La halterofilia es el deporte de fuerza por excelencia y como tal llegó a los Juegos Olímpicos, pero dentro de esta disciplina también existen prácticas más arriesgadas que otras.
Oficialmente, el deporte cuenta con dos modalidades diferentes. Está la arrancada, que consiste en levantar el peso desde el suelo hasta la extensión completa de los brazos sin ninguna interrupción y los dos tiempos, que permiten un parón cuando la barra está a la altura de los hombros.
De este modo, es normal que las articulaciones sufran muchísimo cuando se levantan más de 200 kilos. El récord del mundo los estableció Hossein Reza Zadeh al poder con 213 kilos en arrancada y 263 kilos en dos tiempos. A esos niveles, los músculos de las piernas y de todas las partes del cuerpo soportan una tensión gigantesca.
Sin embargo, los problemas crecen cuando surgen disciplinas de halterofilia todavía más destructivas. Muchos creen que 263 kilos son pocos y buscan métodos para hacer el levantamiento más espectacular. De hecho, en el Campeonato Nacional de Halterofilia de Irlanda existe una prueba que consiste en que los deportistas saquen la barra desde unas fijaciones que se encuentran a la altura de sus hombros para después levantarla lo más alto que puedan.
De esta forma, es fácil de prever que cada nulo puede ir acompañado del desastre. En la edición de este año, Tommy Dolan puede dar buena fe de ello porque se rompió los dos cuádriceps al intentar levantar 280 kilos (17 más que el mejor registro Hossein Reza Zadeh en dos tiempos). Una auténtica locura que puede herir la sensibilidad de todo el que ve las imágenes.