-Vaya cambio que ha dado su personaje en «Frágiles» de una temporada a otra…
-Bueno, la segunda temporada comienza un año después, así que en ese tiempo la vida te cambia. Mi personaje lo ha pasado muy mal, le han pasado demasiadas cosas que han impedido su felicidad. Es un momento de huída hacia delante.
-¿Le ha costado mucho tener que improvisar en los rodajes?
-Me encanta la imporvisación, cuesta porque todos los días no te levantas igual y no tienes la mente tan fresca. Lleva un trabajo previo, ensayamos mucho y nunca me ha costado tanto preparar una serie como esta, lleva mucho trabajo previo actoral. Nunca hicimos más de tres tomas por secuencia, tanto por las prisas como porque se perdía frescura.
-Y no ha salido de una cuando ya rueda «El Príncipe»…
-Estoy muy contenta de trabajar con un productor como César Benítez, que es el productor con mayúsculas. Creo que es una apuesta fuerte de la cadena y de todos los que hacemos «El Príncipe». Con lo que cuesta levantar hoy en día un proyecto, estamos en las manos de unos productores con la pasión y las ganas de hacer proyectos arriesgados.
-¿Sería correcto decir que es la nueva serie de Coronado?
-No le vamos a desmerecer, porque además está en un gran momento profesional y es una suerte contar con él, pero es una serie coral, cada uno de los personajes tiene su relevancia, historias que contar, y el trabajo actoral es común. Nuestro objetivo no es otro que contar una historia y todos los componentes de una producción son esenciales. Eso sí, trabajar con José es una delicia.
-¿Su personaje tiene algo que ver con usted?
-No es un personaje que sea muy cercano a mí porque vive anclado en una situación crítica que le impide seguir adelante, por perder a un miembro de su familia, lo que le hace vivir en una situación extrema. Es alguien muy atormentado, con mucha necesidad de los demás, que ama a su familia, tiene un gran instinto de protección hacia ellos.
-Vamos, que es un dramón…
-Tiene tintes de acción, pero vendemos el amor, la esperanza, la capacidad de superación, el miedo, conceptos que están en todos y en cada uno de nosotros, ambientada en un barrio que es fundamental, marcado por el narcotráfico y la corrupción y en el que conviven dos culturas totalmente antagónicas, con todos los conflictos que eso genera.
-¿Puede salis mal parado el barrio del Príncipe con esta serie?
-Espero que no quede mal, que reflejemos una realidad dentro de la lógica de que hacemos ficción. Estos tipos de conflicto, cuando ambientas algo en un lugar en concreto, genera muchos comentarios y bulos y al final parece que es el morbo el que alimenta todo. Sin duda que el barrio es importante pero lo que cuentan los personajes es más importante aún. Yo hice una sobre Puerto Urraco y claro que suscitó polémicas, porque la gente se siente herida, porque forman parte de ello, pero es ficción y esperamos no herir muchas susceptibilidades.
No debe ser fácil ser policía en un barrio como ‘El Príncipe’
-¿Habrá más polis buenos o malos?
-Hay polis buenos y malos, buenos que juegan a ser malos, malos que juegan a ser buenos… Desde luego no debe ser fácil ser policía de un barrio así, es una ciudad muy pequeña donde todo el mundo se conoce.
-¿Se puede establecer algún paralelismo con «Hospital Central», donde usted estuvo tanto tiempo?
-Quizás en que también era una serie humana y de sentimientos, pero en «El Príncipe» hay muchos tintes de accion y de personajes muy marcados. Claudia, mi personaje allí, no tiene nada que ver con este, porque era una mujer muy optimista.
-¿Qué significó para usted «Hospital Central»?
-Para mi fue una experiencia maravillosa y pude parir a mis dos hijas ahí. Fue un orgullo pertenecer a esa serie como supongo para otros es estar en otros proyectos. Es un lujo participar en la serie más longeva de la TV, sobre todo ahora que los proyectos no duran tanto. Aprendí muchísimo, tengo muchos amigos, es una productora fantástica y forma parte de la historia de la TV, por lo que es un honor haber estado ahí.
-Hoy en día ya es un honor el poder trabajar…
-Desde luego, a mí también me afecta la crisis, como a todos, porque los proyectos se inician pero se a lo mejor tardan mucho en llevarse adelante, por la falta de financiación. Estamos todos en el mismo barco.
-Al menos, a los actores siempre les quedará la TV…
-El cine siempre ha estado peor, lo mires por donde lo mires, porque en este país no terminamos de tener una industria cinematgorgráfica. La TV se nutre de un capital que el cine no tiene, pero tengo toda la esperanza puesta en el cine.
-¿Pese al IVA?
-El IVA no ayuda pero soy de las que piensa que hay que invertir en cultura, que es el reflejo de una sociedad, como la educación y la sanidad. Es algo básico para nosotros, dejémonos de historias e invirtamos en lo que es bueno para una sociedad y un país.
-¿Sirven de alago las reivindicaciones?
-Toda reivindicacón sirve para algo, no son arbitrarias. No se reivindica algo porque sí y esas pasiones hacen que se mueva un país y que avancemos hacia algo mejor.