es un restaurante de cocina tradicional de Madrid. Ni esta bien ni mal sino todo lo contrario, es un local en el que todo es convencional. Es el lugar en el que va uno a tiro hecho para degustar cocidos, ensaladas tomateras, pescados, carnes y sus famosos huevos.
Una cree que no hay un huevo frito perfecto que para eso ya están los que me hacía mi madre. Por eso aquí la discusión se centra en el precio que cobran que no es el que cuesta. Eso si es un valor seguro, tanto que el camarero me dijo que este sencillo manjar es ‘nuestro caviar español’
Los camareros son amables y saben su oficio, trabajan bien, adivinan lo que buscas o quieres y siempre sirven el vino adecuado para cada plato. Y es que la bodega, las referencias que tienen en El Landó, no están nada mal.
Este restaurante está en la órbita de la Casa Lucio, de la Cava Baja, la de Lucio Blázquez. En un tiempo fue Club Privado de los Arquitectos que siempre han sido ellos gente de bien comer y bien vivir. Está el local en ‘Las Vistillas’ es un sitio con sabor castizo y su cocina no engaña. Esto se agradece en esta villa de Madrid en la que hay tantos que dan gato por liebre.
Mi menú preferido es el que empieza con jamón y una ensalada tomatera que está en la mesa que has reservado antes que tu llegas. Luego puede decantarse por los Callos a la Madrileña .Si es usted un ‘gato’ de la capital elija un cocido completo. Yo que no soy felina con pedigrí en la capital prefiero el marmitaco.
En los segundos platos ellos ofrecen lubina al horno o churrasco. Tanto uno como otro, la carne y el pescado no están nada mal. Eso si es mejor el tratamiento que le dan a la carne. Se nota en la cocina que son de tradición de castellanos viejos.
Esta comentarista ha ido varias veces al local de la plaza de Gabriel Miró a lo largo de los años. Y aunque con el tiempo se ha ido acostumbrando a las modernidades siempre aprecia que la gente mantenga la cocina tradicional y sin demasiados fuegos artificiales. Y El Landó siempre ha mantenido, mantiene, nivel en sus productos, en su carta, en su cocina, en su servicio y en su atención al público.
Eso si cuando pide chuletillas de cordero ‘al punto’ se encuentra que estas están demasiado torraditas y en consecuencia son difíciles de digerir. Y de postre no hablamos. Son demasiado convencionales. Tiene que conformarse con la sota para los entrantes, el caballo sea un plato de cuchara, por ejemplo callos, y el rey puede ser el churrasco. Así todo está bien. Siempre aciertas.
Eso si el local es convencional compensado por la amabilidad de los camareros que son de los de toda la vida. Y entre los comensales hay bastantes conocidos en la vida social de Madrid.
El Landó
Plaza de Gabriel Miró 8
Teléfono 91 3667681
Cierra los domingos por la noche.