miércoles, mayo 8, 2024
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Ironía del amor

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es un canto al amor y es al mismo tiempo un juego de la ironía sobre el amor, a su alrededor, es decir al sexo. Hay veces que sonará como tal y otras veces suena con un sarcasmo cínico. Es la mala leche de una situación que muchas veces suena como autobiográfico. Es puro teatro.

está concebida para que los actores vayan creciendo. Vayan viviendo una escena y en la siguiente se desmientan. Así son las cosas para que suenen en la construcción de una situación de pareja que es, casi, como si fuera la Pareja abierta.

Es cierto que el argumento en primera instancia resulta interesante. La realidad, valga la redundancia, es que la obra resulta lenta en su desarrollo. Hay momento en los que es pesado, algo premioso en sus avances, sin acción por culpa de las cosas que pasan (y no pasan). Es consecuencia directa de unos diálogos que son brillantes en una situación que es bastante pedestre.

La Realidad de Tom Stoppard es la obra más personal y en la que más se desnuda el autor. Es la translación de algunos de sus propios problemas a escena y al mismo tiempo la mejor forma de resolverlos encima del escenario.

La fórmula que utiliza es la parodia del pensamiento con todas sus consecuencias para los personajes. Ellos son, serán, a lo largo de la función los que desgranen una filosofía de la vida en las relaciones humanas.

Los hechos quieren cambiar el mundo, ‘su’ mundo, sus vidas y los actores les ponen carne y sangre. Y el peso de esta función la lleva Javier Cámara. Lo hace bien, con fuerza, esfuerzo y consistencia.

Su personaje, el autor, el narrador y el protagonista de la obra de Stoppard hay veces que parece le piden sea un futbolista que chuta el corner, intenta rematar el balón y también pararlo en la portería.

Pero esto no es culpa suya, es más bien decisión y culpa de la directora, de Natalia Menéndez. Ella ha querido que todo lo que ocurre sea una sucesión de hechos no dramáticos y si dolorosos por ser emocionales. Esto es difícil de describir, armar y montar. Y este es el lastre principal de la obra. Una pena.

Realidad se desarrolla en un escenario que recuerda a un Cubo de Rubik, eso si de un color gris neutro sobre un decorado de maderas nobles de la izquierda exquisita. Allí las escenas que están entrelazadas entre ellas van pasando y aunque hay momentos emocionantes muchos de ellos caen como si fueran movidos por el efecto péndulo de las relaciones humanas, de pareja.

es al fin y al cabo una visión ternurista del amor y el sexo en la vida de las personas. Así son las cosas al menos en el teatro. ¡Pues bueno!

(The Real Thing)

De Tom Stoppard

Versión de Juan V. Martínez Luciano

Directora: Natalia Menéndez

Intérpretes: Javier Cámara, María Pujalte, Arantxa Aranguren,…

Centro Dramático Nacional de Madrid.

Teatro María Guerrero. http://cdn.mcu.es

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