Cameron, paradigma del político fracasado, dimitió (tomen nota en España) tras perder su referéndum insensato. Ya se la jugó antes temerariamente con Escocia. Dice Putin que solo deben convocarse referéndums que se pueden ganar…. Habrá que esperar al congreso anual del Partido Conservador, en octubre, para saber quién le sustituirá. Boris Johnson, antiguo alcalde de Londres, un político estrafalario, aparenta ser el recambio más probable por ser un líder destacado de entre aquellos conservadores favorables al Brexit.
No está claro que el RU pueda sobrevivir con el mismo confort fuera de la UE
Sin embargo, muchas cosas pueden ocurrir de aquí a octubre cuando se les pase la borrachera a los vencedores (muchos “seniors”) y el mazazo a los derrotados (muchos jóvenes) que ya piden otro referéndum. La división en la sociedad británica en este asunto fragmenta tanto a conservadores como a laboristas. ¿Llegarán a fracturarse los dos grandes partidos en varios? Improbable pero no imposible. Quizás debieran convocar elecciones adelantadas. El desaguisado de Cameron es también el del Partido Conservador. Veremos cuánto tiempo aguantan los conservadores en el gobierno en estas nuevas circunstancias a pesar de su mayoría parlamentaria.
Otro gran responsable de esta insolidaridad es Nigel Farage, principal líder del partido de la “independencia”, UKIP, de extrema derecha y xenófobo. Lleva años pidiendo el abandono del barco europeo para montarse en una lancha de lujo solo para británicos. No está claro que el RU pueda sobrevivir con el mismo confort fuera de una UE cuya puerta forzó tras la muerte de De Gaulle para mangonearla por dentro.
El líder laborista, Corbyn, y el liberal-demócrata, Clegg, dejan una pobre imagen en esta secesión. Los independentistas escoceses vuelven a animarse para poder retornar a la UE y en Irlanda del Norte muchos sueñan, por lo mismo, de nuevo con la unidad política de toda la isla.
La gestión de la ahora irrevocable salida del RU de la UE podrá llevarse de maneras distintas tanto para los intereses británicos como para los de la UE. No conviene dejarse llevar por calentones y actitudes que no sean razonables. Cameron quiere esperar a octubre para notificar la salida británica, que aun ha de ratificar Westminster, mientras en Europa piden que sea cuanto antes para reducir las incertidumbres.
La escala británica en Europa fue a costa de demasiadas concesiones que cada vez tenían menos sentido si aspiramos a una necesaria Unión Federal. Lamentemos, pero no lloremos ahora su marcha libre y voluntaria. Por eso es imperativo una reacción fuertemente europeísta por parte de los miembros de la UE, especialmente de Alemania y Francia.
No conviene dejarse llevar por calentones y actitudes que no sean razonables
Es significativa la reunión este viernes pasado de los ministros de Exteriores de los seis países firmantes del Tratado de Roma en 1957. Este círculo restringido de los fundadores originarios de la UE, en el que estaríamos si no hubiera sido por Franco, es la flor y nata de la Unión Europea donde observan con preocupación cómo en países de las ampliaciones posteriores no parecen compartir plenamente los ideales iniciales. Mejor, pues, una UE de varias capas debiendo España incrustarse en la más central.
No son todos los países europeos miembros de la UE. Noruega y Suiza, pe, tienen unas relaciones bilaterales especiales. El RU quedará en esta situación. La UE no ignora a estos «socios externos», pero puede seguir adelante sin traiciones internas. La Unión debe evitar aquellos que ni comen ni dejan comer. Hay que avanzar en la integración europea a pesar de los distintos populismos como lo es también el “brexitiano” para, además, reducirlos.
El proyecto de una defensa europea puede salir debilitado pero la defensa de Europa sigue siendo la OTAN. La UE seguirá con sus operaciones de paz a las que podría unirse el RU como otros países que no pertenecen a la UE. Sin perjuicio de tener que gastar más en seguridad y defensa, la UE tiene otras prioridades previas como crear un espacio donde la gobernanza económica y la fiscalidad solo sean una. George Soros aboga por una unión bancaria y otra fiscal limitada, así como por resolver el déficit democrático para evitar una desintegración desordenada de la UE.
La UE debe evitar aquellos que no comen ni dejan comer
España debe considerar cómo superar los efectos negativos del Brexit para nuestros exportadores al RU y para el importante turismo británico a España. Margallo sueña ya con conquistar medio Peñón sin contar con la población local, determinante en cualquier futuro de Gibraltar. Es mal conocer a llanitos y británicos, así como la problemática de esta cuestión. Pero, ¡qué puede esperarse de quién suprimió el Instituto Cervantes en Gibraltar, cabeza de puente española con nuestra bandera! Mejor volver a la mesa tripartita suprimida por Margallo cuando llegó al gobierno en 2011, mejorar la convivencia de la que dependen muchos trabajadores españoles y ofrecer, además, sin perjuicio de formas transitorias, seria, paciente y públicamente una Autonomía que les convenga y respete su situación especial, su cultura, su idioma y sus hábitos políticos.
Carlos Miranda