domingo, mayo 19, 2024
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Apuntes de política exterior

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¿Cuál será la política exterior del Gobierno fruto de las próximas elecciones? Esta etapa de Rajoy y Margallo fue un fracaso. España ha perdido peso internacional. Afortunadamente no tuvimos un enfrentamiento bélico con Marruecos, como Aznar.

El punto de partida no solo es la pertenencia a la Unión Europea sino apostar también por su federalización. Ante la crisis económica se tomaron medidas para defender nuestra moneda pero son insuficientes. Con Grecia comprobamos que el Euro se inició como un proyecto político sin un adecuado respaldo económico. La verdadera respuesta es una mayor integración política y económica de la UE, especialmente de la Eurozona, meollo de los círculos concéntricos de la UE. 

Esa mayor integración la efectuarán aquellas naciones que tengan voluntad política para ello y que estén económicamente en condiciones de hacerlo. Lo simboliza la propuesta del Presidente francés Hollande de constituir un conjunto de países con una política económica y fiscal común con un Parlamento que la controle. Esta iniciativa necesitará el compromiso alemán. España no debe perder este tren al que se subirán, cuando pase, Italia y el Benelux, entre otros.

Para España es prioritaria la estabilidad de Marruecos y una buena relación con ese país

Es ésta una tarea para el Presidente del Gobierno. Cuando lo era Felipe González, entendió la necesidad de “hacer pandilla” con Francia y Alemania (y alguno más), especialmente con el Presidente francés, Mitterand, socialista, y el Canciller alemán, Kohl, cristianodemócrata, situando a España en el centro europeo de la toma de las decisiones importantes de tal manera que salieran bien defendidos los intereses españoles junto a los europeos, que también son nuestros, y atendidas nuestras iniciativas.

Esa Europa determinante tiene tres ejes principales en su vocación exterior. España debe implicarse plenamente en cada uno de ellos. Al Oeste, con los EEUU, el del mundo trasatlántico, económico, financiero, comercial y de seguridad, incluidas las cuestiones de control de armamentos. Al Este, una Ucrania, que necesita nuestra ayuda, agredida por Rusia con la que conviene un entendimiento pero no a costa, como pretende Putin, de ignorar el Acta Final de Helsinki, Biblia de la seguridad en Europa. Al Sur, el Mediterráneo, frontera inestable entre riqueza y pobreza. 

Para España es prioritaria la estabilidad de Marruecos y una buena relación con ese país. Más al sur nos afecta todo lo que acontece en el África Occidental, especialmente impactante para Canarias. Hacia el este requieren nuestra atención el Magreb y el Mundo Árabe e Islámico, acosados por el subdesarrollo, la ignorancia y la intolerancia, provocando inestabilidades que alientan al terrorismo yihadista. A pesar de la deliberada confusión informativa del Gobierno, el fallecimiento de dos policías españoles en el reciente atentado de Kabul subraya el coraje y sacrificio de aquellos compatriotas nuestros que en lugares peligrosos participan en la lucha por nuestra seguridad y por la paz. También debemos reconocer al Estado palestino. 

Latinoamérica es muy querida y especial para España. Son vínculos “de familia”, prevaleciendo los componentes históricos, lingüísticos, culturales, económicos y comerciales. España no debe actuar con prepotencia sin perjuicio de defender, evidentemente, las libertades. El Papa pidió perdón a los aborígenes por los crímenes de la conquista espiritual. España podría hacerlo por los de la conquista material. Francia y el Reino Unido ya lo hicieron con sus antiguas colonias. Un posible diferendo con Colombia por el pecio del galeón “San José”, que se dirigía a España repleto de oro americano, puede avivar consideraciones negativas sobre el colonialismo español en América. El Rey debe viajar pronto a Cuba.

Estará la ingrata tarea de recoger los platos rotos por el PP en lo referente a Gibraltar

Una actuación proactiva en los Organismos Internacionales es esencial, especialmente ahora que somos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU donde sería deseable a futuros, como en los demás OOII, una representación europea única. Temas importantes como los Derechos Humanos, la ecología, el clima o el desarme pertenecen a este capítulo. 

Un elemento importantísimo de la política exterior española es la cooperación y la ayuda al desarrollo. Hay que recuperar los niveles alcanzados con Zapatero. Es un deber y una necesidad. Es también un instrumento para la influencia española.

Por lo que se refiere a la inmigración, no se trata solo de la ilegal, que debe controlarse, es también la que necesita España con una tasa de natalidad baja y la ineludible necesidad de su correcta integración, respetando lo que encuentran y lo que traen. Los refugiados, que hay que acoger, también son un activo.

Asia requiere un esfuerzo político y económico. China, Japón e India son tres polos preponderantes pero no únicos. La emigración española subraya dos necesidades: una red consular amable y eficaz y conectar bien con los sectores influyentes españoles fuera de España. 

Finalmente, estará la ingrata tarea de recoger los platos rotos por el PP en lo referente a Gibraltar recuperando un diálogo imprescindible pero descalabrado sin recambio por el impulsivo Margallo, manteniendo nuestra reclamación y, asimismo, vigilantes ante eventuales intentos de una independencia de facto.

 

Carlos Miranda

Embajador de España
 

Carlos Miranda

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