Llevaba un rato observándome desde el otro lado de la barra. Cuando nuestras miradas se cruzaban ella disimulaba, giraba la cara creyendo aparentar ser una joven vergonzosa pero rápidamente volvía a clavarme sus ojos de deseo transformándose en la ardiente fiera que acabó demostrándome ser.
Yo hacía lo que se hace en estas situaciones, cuando uno nota que la bragueta se queda pequeña, buscar el cruce de miradas y dejar que hable el lenguaje de los cuerpos. La boca se me secaba viéndola mojar sus deditos finos y alargados en el gin tonic para remover esos hielos que se derretían inmediatamente como yo me empecé a derretir cuando ví que tomaba la iniciativa y se acercaba directa a por mí.
“Me pone tu bigote”, creo recordar que me dijo. Tampoco podría declararlo ante un juez porque los nervios y los latidos de mi corazón –que sonaba como si estuviera en la tamboreada de Calanda– apenas me dejaban escuchar nada.
Lo que sí que recuerdo –y nunca olvidaré– es cómo inmediatamente después se fue acercando poco a poco, empezó a comerme la boca y, con una sensualidad desconocida para mí, se arrancó a lamerme los labios… y el bigote. De abajo a arriba, a contrapelo; levantando, poniendo firmes como soldados cada pelo y empapándomelos en una saliva con sabor a sexo que abrasaba. “El bigote es sexy”, me susurró. Y fue el comienzo de una noche en la que los dos teníamos que gozar… ¡por bigotes!
Reconozco que me dejé el bigote por moda y por solidaridad. Noviembre es el mes de ‘movember’, un movimiento global –su nombre viene de mostacho y november– que anima a los hombres a dejarse bigote para recaudar fondos contra el cáncer de próstata y testicular. Miles de españoles nos hemos dejado crecer el bigote este mes, entre ellos Vicente del Bosque, el cocinero con dos estrellas Michelín Paco Roncero, el actor Javier Gutiérrez, José Corbacho, Iker Casillas…
El bigote –dicen los responsables de la campaña solidaria– sirve de excusa para iniciar conversaciones sobre la importancia de un diagnóstico precoz. Y a aquella mujer mi bigote le sirvió de excusa para ligarme. También hay que ser solidario con la sexualidad de los demás… ¡y eyacular es muy bueno para prevenir los cánceres masculinos! Bromas aparte, casi 10.000 personas se apuntaron al movimiento Mo en 2013 recaudando más de 170.000 euros. El pasado 19 de noviembre, coincidiendo con el Día Internacional del Hombre, cientos de movembers –hombres y mujeres adoradoras de bigotes– nos reunimos en una fiesta en Madrid en la que celebramos que este año se han unido más de 10.000 personas. Únete en www.movember.com
El pelo es tendencia ¡Si hasta la marca Renova ha lanzado una servilletas –tan femeninas ellas– con mostachos! A mí me vienen bien porque cada vez que recuerdo cómo aquella mujer me lamía el bigote se me cae la baba…
El bigote está de moda. Que se lo pregunten a María Teresa Campos. Llevar pelo entre la nariz y la boca es tendencia, aunque, de momento, no tenga tanto éxito como la barba, que ha reconquistado su hueco en las caras de los hombres –y alguna tonadillera– y ha vuelto para quedarse. Tanto es así, que ahora que empieza el frío, empiezan a comercializarse… ¡Gorros de ganchillo con barba de ganchillo incluida!
Yo intento seguir la moda pero… conmigo que no cuenten que con esto no se folla nada. Fijo.
El conde crápula