Un día después al famoso “siete de septiembre” de Mecano, se celebra en Extremadura el día de la Comunidad Autónoma. Los más religiosos se dirigen a Guadalupe a rezar y los más cultos a visitar a nuestra patrona. Los más turistas hacen la ruta en moto por esas curvas hasta llegar a la cima de la montaña y los más jóvenes a comer la típica morcilla de Guadalupe acompañada de un vino dulce de la tierra.
En esta ocasión, todos somos Extremeños. No hay diferencia entre “mangurrinos” y “belloteros”. Cuando se habla de Extremadura, esta comunidad se asocia con el fruto de la encina: la bellota. Es de aquí de donde provienen estos “motes” que cada provincia utiliza para denominar a la otra parte. Los mangurrinos, situados al norte, Cáceres, recibimos este nombre por la caperuza de la bellota, también conocida como mangurria. Los del sur, Badajoz, sin embargo, corresponden con la bellota en sí.
La bellota es el principal alimento del cerdo ibérico en Extremadura. Este animal se cría en las dehesas, siendo éstas uno de los ecosistemas más singulares de la Península Ibérica, compuesta por encinas. El día ocho de septiembre es un día apropiado también para que jóvenes de la comunidad decidan juntarse este día y comer un buen jamón ibérico de bellota. El secreto principal para que este embutido esté exquisito a la par que suculento está en la vida del animal: las bellotas están colocadas en un lado de la gran dehesa extremeña, mientras que el agua, fuente de hidratación está colocado en el lado contrario de este terreno de encinas. De esta manera, el cerdo ibérico practica una especie de “deporte” dentro de la alimentación. En resumen, sus carnes son más prietas y el embutido resulta más apetitoso y sabroso.
Un gustoso jamón debe ir acompañado de un buen vino de pitarra. Las tinajas pequeñas de los abuelos abren su grifo para brindar por el día de Extremadura, por las onomásticas de las Guadalupes, Lupes, Upes y Guadas y porque año tras año los mismos amigos se reúnen en el mismo lugar.
Una gran amistad que se agrupa para comer jamón. De fondo nuestra sierra de Gredos, un leve olor a tierra mojada producto de los riegos al tabaco y al pimiento de la zona de la Vera y un leve ruido lejano a higo fresco que cae al suelo para después cogerlos y comerlos embadurnados en harina y una nuez en el medio. Tan sólo una frase en sus mentes “Feliz día de Extremadura”.
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