Cada día que pasa y más cosas del futbol creo aprender me doy cuenta que menos sabré. Es decir, como todos los mortales, no tengo ni “pelandusca” idea del balón redondo pero delibero, debato y rebato como si en ello me fuera la vida para siempre acabar diciendo: “pues que se jeringuen ellos si han perdido”.
Ellos, son los jugadores y lo de jeringar, dicho en forma selecta, hace referencia a las pelas que se pierden los futbolistas por no llevar el cuero al fondo de la red.
Y viene esto a cuento por la tensa lucha que existe entre los tres equipos que comandan la liga y sus respectivos líderes: Messi, Cristiano y Diego Costa (matizo que en ese orden de consideración a los dos primeros les basta con un nombre para situarlos, mientras que al brasileño-hispano hay que adjuntar los dos para cerciorarse). Los componentes del trio son además los máximos goleadores y en ellos está deposita la esperanza de sus compañeros. De ellos, de las jugadas que salgan de sus botas, dependerá el llevarse la liga de futbol bancario.
¿Y qué armas tienen para semejante batalla? Una fundamental: el regate como eje central de su cruzada.
Y aquí viene lo de los “mortales y pelanduscas”.
Seguro que todos estamos discutiendo que delantero es el mejor. Seguro que cada cual ya ha definido esquema, quehacer y compromiso de su respectiva estrella. Y lo sabemos todo de él, del nuestro; y de ellos, los vuestros. Nos engañamos, no tenemos ni “pelandusca” idea. Pero hablamos, debatimos, nos cabreamos.
Por ejemplo. Para echar leña al debate. ¿Quién cree usted que regatea mejor de los tres? Hable, diga, departa.
Ya sabe que el “regate” en el futbol es algo así como una serie de movimientos que realiza un jugador para mantener el balón mientras deja atrás a un contrario. Más o menos. E imagino que también sabe que existen muchos tipos de regate. Tome nota para poder polemizar.
Está el “sombrero” que patentara en la final del Mundial, Brasil-Suecia, O Rei Pelé al pasar el balón por encima del rival para recogerlo acto seguido. La “ruleta” que dejaba ver Zidane pasándose el cuero con la planta de los pies de una pierna a otra. O el “caño” que dibujaba Riquelme (por cierto, el gran Di Stéfano, cada vez que lo realizaba solía decirle al contrario: “Ché, boludo, la próxima traéte una sotana”. Grande la Saeta. Aunque para regate, el “normal” que avalara Maradona parándose ante el defensor y, sin tiempo pensativo, desviar el esférico a uno de los lados y continuar. Los hay pues de todos los gustos, “autopases” como los de la Galerna del Cantábrico; la “cola de vaca” que firmara de espaldas y en giro de 180 grados el propio Romario, o la “croqueta” con la que Laudrup nos deleitaba desplazando el balón de una pierna a otra mientras avanzaba con rapidez…. De todo hay en la hierba del Señor.
¿Y cómo es entonces el regate de nuestro trio? Opinemos.
Cristiano lleva la “bicicleta” como su mejor arma. Ya saben, parado, empieza a mover la pierna en torno al balón para engañar al marcador y, al final… el defensor se marea, el público anestesiado y Cristiano que se marcha veloz dejando la pelota en el mismo sitio.
Llega ahora el regate de Messi llamado “cambio de ritmo”, al mejor estilo Cruyff. Cambia de velocidad para superar al rival, llega al área y, entonces, cae enjuto al verde. Siempre se cae. Sí o sí… por si acaso, el réferi también pita siempre sí o sí.
Y queda Diego Costa. Lo siento, no tiene regate. Creo que tiene “mojones”. Es algo que demuestra cada vez que salta al campo. Algo que puede hacer campeón al Atlético en esta liga banquera.
Y ahora discutamos, pero sigo sin tener “pelandusca” idea de futbol.
JA Ovies