domingo, mayo 19, 2024
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Navarra, la joya de la corona

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Los partidos nacionalistas vascos en su conjunto siempre han suspirado por la llamada Zazpiak bat, es decir, la Euskal Herria de las siete provincias. Incluso, en tantas y tantas ocasiones, hemos escuchado al brazo político de los asesinos de ETA decir que en esa hipotética Euskal Herria independiente, la ciudad navarra de Iruña, es decir Pamplona, sería la capital de su «imperio» imaginario.

Es curioso como siempre manipula el nacionalismo la historia a su provecho y no cuentan ni recuerdan, porque no les interesa, que parte de las actuales provincias vascas, en la historia de nuestro país, estaban integradas en el antiguo Reino de Navarra, y hoy pretenden que Navarra sea parte del País Vasco y no al revés como debiera ser si nos acogiésemos a la rigurosidad de la historia.

Para el nacionalismo vasco en general, Navarra ha sido y es como esa joya de la corona a conquistar de cualquier manera

Afortunadamente hoy día, a pesar de los deseos nacionalistas, la realidad es que las dos Comunidades son vecinas y con muchos lazos entre sí, pero cada una desde la separación con su propia identidad diferenciada.

Pero convengamos que para el nacionalismo vasco en general, Navarra ha sido y es como esa joya de la corona a conquistar de cualquier manera, ha sido una de las reivindicaciones de los nacionalistas en general y de esa fracción de criminales etarras para matar cobardemente mientras no se uniese al País Vasco y sigue siendo en sus delirios de intentos de negociación una exigencia irrenunciable.

En el vergonzoso proceso de negociación que Zapatero puso en marcha con la banda terrorista ETA, entre los temas a negociar y a ceder por el dirigente socialista con la banda terrorista estaban el acercamiento de los presos a cárceles vascas y la anexión de Navarra al País Vasco. Era la hoja de ruta que le había señalado el presidente de los socialistas vascos Jesús Eguiguren, quien la había pactado con Otegi y que Zapatero siguió a pies juntillas apostando de esta manera según él, por poner precio político a la paz.

La esencia de todo ello era el deseo de los Eguiguren y compañía en que las izquierdas deben entenderse y alinearse conjuntamente para desalojar al centro derecha del poder fuese donde fuese. Esta teoría siempre ha sido del agrado de los dirigentes socialistas, y la han puesto en marcha dependiendo del sitio y de sus características por diversas vías. En Cataluña pactando el PSC con los independentistas de ERC y los comunistas en aquel infame tripartito para los catalanes; en Galicia pactando con los también independentistas del BNG; o en Andalucía gobernando en coalición con los comunistas tras el triunfo del PP en las autonómicas de esa región, por poner algunos ejemplos entre muchos otros.

Los socialistas han vuelto a sus orígenes al cortejar hoy día con los proetarras de Bildu para que caiga el Gobierno de Navarra de UPN

Pero lo terrible es que en Navarra los socialistas están en estos momentos como los pavos reales en el cortejo sacando todas sus plumas de colores para entenderse con una Bildu proetarra encantada de darle los votos que sean necesarios para desalojar al centro derecha del gobierno de la Comunidad Foral de Navarra.

Es decir, los socialistas han vuelto a sus orígenes, de encabezar la pancarta «Nafarroa Euskadi da» (Navarra es Euskadi) en los principios de los años ochenta, al cortejar hoy día con los proetarras de Bildu para que caiga el Gobierno de Navarra de UPN.

Y mientras todo esto ocurre en el viejo Reino, el portavoz socialista navarro, Roberto Jiménez, se dedica a desautorizar las mismísimas declaraciones de Elena Valenciano que hacía en sentido contrario a pactar cualquier cosa con Bildu, con un tajante «El PSN soy yo», y a tragarse la frasecita en Ferraz.

Frase circunscrita a lo que estaban haciendo los socialistas en Navarra desde hace tiempo, ya que como ha aparecido en los comunicados internos de Bildu, y dicho por los propios proetarras, los socialistas navarros llevaban tiempo cocinando esta estrategia con la izquierda abertzale.

Mientras todo esto estaba ocurriendo en Navarra, resulta que aparece en algunos medios de comunicación que tras la reunión que mantuvieron la semana pasada el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el lehendakari, Íñigo Urkullu, decidieron actuar conjuntamente en un plan para abordar el final de ETA, y el propio presidente Rajoy pidió con total lealtad al principal partido de la oposición, el Partido Socialista, que se uniera a ese acuerdo.

Los socialistas preferirían entregar a los nacionalistas y a la organización terrorista ETA Navarra

La respuesta de los socialistas no se ha hecho esperar, y están dispuestos a pactar con Bildu en Navarra con tal de desalojar con una moción de censura a Yolanda Barcina de la presidencia del gobierno de Navarra, demostrando su total deslealtad a aislar a los que aún hoy día no condenan la violencia.

Desgraciadamente los socialistas preferirían entregar a los nacionalistas y a la organización terrorista ETA la Comunidad Foral de Navarra, con tal de que el centro derecha navarrista y español no gobierne esa comunidad.

No olvidemos que Ibarretxe en el País Vasco se apoyó en los votos de la izquierda proetarra para sacar su investidura adelante en el Pais Vasco, harían mal los socialistas en no recordar ese episodio ya que ese apoyo siempre está contaminado y que te hace rehén de los antidemócratas, pero mucho me temo que desgraciadamente los socialistas navarros hayan tomado ya la determinación y quieran correr el riesgo de hacerles el juego a los nacionalistas que pretenden romper y destruir España.

Carlos Iturgaiz

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