Real Madrid en alza tras dejarse jirones de prestigio y puntos ante el Levante y el Racing, ha vuelto a golear con un juego intenso y explosivo. En esta ocasión su víctima ha sido Betis que quiso jugarle de cara y salió goleado por 4-1.
Un desmelenado Higuaín, marcó la pauta goleadora con otro triplete. Lleva dos consecutivos, más otros dos tantos que marcó entre semana con su selección, Argentina.
Higuaín es pura esencia cuando encara; es una máquina. Además tiene una gran virtud, nunca se rinde y se crece ante las adversidades. Pasó lo suyo en años anteriores peleando el puesto con jugadores como Raúl, Van Nistelrooy, y en el último con Benzema. Ahora lo suyo es una perfecta comunión con el gol.
En tan solo tres partidos se ha convertido en el máximo goleador del Real Madrid. Sus goles le han llevado a la titularidad. Ha impuesto su ley. Por su movilidad es una pesadilla para las defensas, a las que engaña con maniobras que dan a entender que se aleja cuando es todo lo contrario. En realidad lo que busca es la distancia más corta hacia el gol. Se ha convertido en un depredador del área.
En el banquillo estaba Benzema, el ojito derecho de Florentino, a quien la lesión le vino en el peor momento, y que ahora tendrá que esperar su turno ante el estado de gracia por el que atraviesa el argentino.
La máquina en la que se ha convertido Higuaín coincide por primera vez con el mejor Benzema, solo frenado por una lesión. Lejos de rivalidades y de debates absurdos en los medios de comunicación, son grandes noticias para un Real Madrid en clara crecida tras los tropezones frente al Levante y Racing. El Real Madrid necesitará la mejor versión de todos cuando se aproxime a las cumbres que tiene por delante. Con tanta gente en plenitud, el Madrid transmite una extraordinaria sensación de poderío, sobre todo cuando toca a rebato como si fuese la caballería ligera.
Los dos delanteros son sensacionales, pero de momento Higuaín le ha ganado la partida; y eso que el francés antes de lesionarse también se encontraba en un momento dulce. Habrá partidos que hasta incluso puedan jugar juntos al tener Benzema tendencia a irse por la banda izquierda. Lo harán, no les quepa duda.
A parte del gran momento de Higuain hay que destacar el juego explosivo del Real Madrid que le convierten en casi espectacular cuando ejecuta el contraataque.
Hay otra forma de jugar al fútbol distinta a la que practica el Barça, que algunas veces resulta un tanto cansino. Un contragolpe hermoso y rápido a tres ó cuatro toques, es tal vez lo más espectacular del fútbol. Y en esa suerte, el Real Madrid no tiene rival.
Con esto no quiere decir que el juego del Barcelona no sea brillante, que lo es, sino que simplemente a algunos como a mí no nos atrae el del Real Madrid, que juega a la antigua usanza: Pase largo, pocos toques, desmarque y velocidad.
Los cuatro goles del Madrid al Betis, han sido un claro ejemplo de la otra forma de jugar, lo que se llama fútbol explosivo. El primero pase profundo de Marcelo a Cristiano, carrera, pase y gol de Higuaín. El segundo, otra galopada de Cristino con pase a Kaká, quien definitivamente ha regresado al fútbol, que con una rosca de las que hacia cuando estaba en el Milán, marcó todo un golazo. El tercero, un preciso pase al hueco de Di María que había sustituido a Kaká, y definición perfecta del Pipita. El cuarto, más de lo mismo, los mismos protagonistas y cuchara espectacular de Higuaín, a lo Raúl que puso el estadio en pie.
En un amén, en la segunda parte, el Madrid finiquitó el partido a base de mucha concentración, intensidad, rapidez y determinación.
Ah!, se me olvidaba, el egoísta Cristiano Ronaldo en su partido numeró 100 con la camiseta blanca y con una media de 0,95 goles por encuentro, resulta que es generoso. Dio otros dos pases de gol, que no asistencias (eso es cuando se hace con la mano como en baloncesto) a Higuaín y Kaká. También es solidario como Messi.
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Alfonso Celemín