viernes, mayo 17, 2024
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Rajoy en 140 caracteres

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«Bienvenido sea. Sigue nuestro ejemplo de cara a cara con el ciudadano». Así saludó @conRubalcaba, el perfil de campaña del candidato socialista, el anuncio de la llegada de Mariano Rajoy a Twitter. El equipo del PP creará un perfil del candidato en la red social preferida para la información y el debate. La política toma las redes, los responsables de campaña ya reconocieron en 2008 su creciente importancia. Ahora, cuando la desafección de los ciudadanos con la partitocracia se agranda y se refleja en las encuestas, cuando crece la imagen de la política como problema y cuando los indignados son la imagen de la insatisfacción, los candidatos buscan a los jóvenes e intentan acercarse a la gente en la mayor herramienta social jamás creada.

Rubalcaba quiere reinventarse en las redes sociales y con una campaña tranquila, alejada de las arengas y las banderolas de los grandes mítines. Cuando le hablaron de volver al espectáculo de Vista Alegre, pidió que le olvidaran. Rajoy sigue siendo el líder del silencio, esquivo con la preguntas. El líder popular se ha especializado en rehuir a la prensa y en ocupar minutos de telediario y titulares con ideas machaconas, ajenas a lo que le incomoda o a lo que simplemente deja pasar para que el tiempo sentencie.

La fiesta minera de Rodiezmo no abrió el curso político socialista como en años anteriores. Zapatero no se atrevió a asistir tras la reforma exprés de la Constitución y la defensa de los contratos temporales. Rubalcaba, tampoco. Rajoy, aupado en la ola que quiere mantener hasta el 20-N volvió a Pontevedra, donde sus partidarios y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, uno de sus virreyes de más confianza, aplaudieron el discurso de un hombre que se ve presidente.

Pero todos saben que la política está en las redes. Los mítines son para los partidarios, en las redes se llega a más gente y sirven para diseñar la imagen de una campaña más austera y más íntima. Todavía nadie se atreve a cuantificar su influencia, pero todos saben que sin una presencia activa y cercana a los ciudadanos, la propaganda pierde eficacia. Los políticos empiezan a hablar a los electores de tú a tú.

Rajoy hace tiempo que tiene perfil en Facebook, como muchos dirigentes populares, pero nunca se ha prodigado en Twitter como Esperanza Aguirre, Esteban González Pons o Soraya Sáenz de Santamaría. Los jóvenes y «pescar ideas» para concretar alternativas serán sus principales objetivos, según ha señalado González Pons.

Difícil de creer. Rajoy no es un político locuaz ni abierto. Nunca lo ha sido. Es mejor en los despachos y las mesas de negociación. Rubalcaba le gana en confianza, diálogo y en entender los problemas de la gente, según el CIS de julio.
 
Cuando el PP hizó público el próximo estreno de Rajoy en 140 caracteres, Twitter se llenó de bromas sobre cuántos le sobran al candidato para sus propuestas. Rubalcaba no está en Twitter más que cuando firma RbCb. Todavía no se sabe cuán personal será la presencia de Rajoy. Los dos se entregan a las redes sociales para la campaña sin haberse dedicado antes a la relación y comunicación directa con los electores. Los candidatos están en las redes, pero todavía muy alejados de una política más abierta, participativa y centrada en los problemas cotidianos.
 
La campaña del 20-N certificará la influencia electoral de los medios digitales. Para una nueva política que ablande la partitocracia habrá que esperar. Sólo unos pocos políticos como Gaspar Llamazares se han atrevido a anunciar en Twitter actos como su veto a los cambalaches parlamentarios. Las palabras del poder todavía no se escriben en 140 caracteres.

Juan Varela

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