lunes, mayo 6, 2024
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Los momentos de la verdad de Tim Pawlenty

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Fue el momento de la verdad de Tim Pawlenty. Varios momentos de la verdad, en la práctica.

«Vamos a tener que mirar de frente al pueblo estadounidense y decirle la verdad, y eso es de lo que estoy hablando», anunciaba a los cuatro vientos el ex gobernador de Minnesota a Érica Hill en el «Early Show» de la cadena CBS el lunes al dar a conocer formalmente sus aspiraciones a la candidatura presidencial Republicana.

«El presidente Obama carece desafortunadamente del valor para mirar al pueblo estadounidense a la cara y decirle la verdad», informaba Pawlenty a Matt Lauer en el «Today» de la NBC. «Yo sí voy a hacer eso».

Durante una entrevista telefónica con el bloguero de Hot Air Ed Morrissey, prometía «un mensaje grave, sincero, valiente».

Y en Des Moines, Pawlenty pronunciaba un discurso de anuncio, «El Momento de la Verdad», que contenía 16 ejemplos del término «verdad» en el texto preparado.

Pero apenas una hora después de descargar estas verdades en Iowa, el candidato acudía al programa radiofónico de Rush Limbaugh y contaba una mentira piadosa.

El locutor del debate radiofónico, que hace las veces de guardián oficioso de la candidatura Republicana, ponía delante de Pawlenty un artículo de prensa del año 2006 en el que él decía que «la era de la administración pública limitada ha terminado» y que «el estado tiene que ser más partícipe, más agresivo».

El sincero se batía en rápida retirada. Decía que simplemente hacía alusión a las palabras de otro — «Yo no pronuncié esas palabras a título personal» — que sus rivales políticos «le habían inducido falsamente a pronunciarlas», y que el periódico estaba motivado por un sesgo político y que fue obligado a publicar una corrección.

Para comprobar la veracidad de las palabras de Pawlenty, busqué el artículo, salido del Minneapolis Star Tribune, y descubrí que Pawlenty se había tomado ciertas licencias.

El artículo está relacionado con los esfuerzos de Pawlenty como gobernador por ocuparse de las petroleras y las farmacéuticas y el resto de los practicantes del «excesivo poder corporativo». Incluye su presunción de que muchos Republicanos ideológicos «ni siquiera me hablan ya» a causa de su apoyo a cosas como el sueldo mínimo.

«La era de la administración pública limitada ha terminado», decía Pawlenty al periódico. «Soy alguien partidario del mercado, pero existen ciertas circunstancias en las que hay que obligar al estado a poner las barreras o contener a los intereses antes de que se vuelvan demasiado poderosos… El estado ha de ser más participe, más agresivo».

El rotativo llegó a publicar una «aclaración», pero sólo para decir que la cita de Pawlenty acerca del gobierno limitado «hacía referencia a un gancho» del escritor conservador David Brooks – alguien con quien Pawlenty, a juzgar por su intervención, evidentemente conviene.

Para Pawlenty, decir la verdad es un eslogan atractivo, sobre todo ahora que espera lograr el apoyo de los intelectuales conservadores que esperaban como agua de mayo la candidatura de Mitch Daniels. Y, en su primer día como sincero, sí ofreció cierta dosis de honestidad. Asumió la valiente postura de decir a la audiencia de Des Moines que le gustaría eliminar los subsidios al etanol, y prometía decir a los de Florida que quiere elevar la edad de jubilación de los afiliados a la seguridad social.

Pero en las primarias Republicanas, el verdadero riesgo reside en decir la verdad a la ortodoxia del partido, como cuando Newt Gingrich hizo lo propio oponiéndose a los planes de los legisladores Republicanos de convertir al programa Medicare de la tercera edad en un sistema de cartillas. Y Pawlenty, que siendo gobernador ofendía a los ideólogos — sobre todo con su apoyo al programa nacional de intercambio de emisiones que limita las emisiones de gases de efecto invernadero — ahora se lo va a pensar. Después de todo, los mismos ideólogos a los que él hacía gala de ofender en 2006 controlan ahora el mecanismo de la candidatura.

El artículo del año 2006, que salió a la luz en el fragor de la batalla de Pawlenty por la reelección como gobernador, menciona que apoyó la prohibición de la publicidad de los medicamentos y combatió el marco regulador de los medicamentos reimportados de Canadá. Pawlenty aduce que «el estado tiene que intervenir» para impedir que las petroleras «supriman el desarrollo de combustibles alternativos». La columna le declara «un destructor de la confianza de los agoreros, un reformista que no tiene miedo a retar a las grandes empresas ni a ejercer las competencias del estado interventor».

Limbaugh dijo a Pawlenty que sus comentarios acerca del gobierno limitado y «el estado agresivo» suenan igual que las de los «legisladores iniciados de Washington» que están «convencidos de la necesidad de un ejecutivo activo y poderoso, de una administración dialogante lo bastante grande para dar salida a las peticiones y las exigencias de la población».

Pawlenty sí llevó efectivamente ese mensaje en el año 2006, cuando pidió a la población de Minnesota que le diera un segundo mandato. Pero se plegó en cuanto Limbaugh le desafió. «Esa cita incorrecta me ha perseguido, y me alegra haber tenido oportunidad en este gran foro nacional que es tu gran programa de aclarar las cosas», explicaba.

Hay ciertas verdades en la campaña por la candidatura presidencial Republicana que ciertamente son difíciles de decir.

Dana Milbank

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