jueves, mayo 16, 2024
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Telemadrid, ¡ay!

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ESTRELLA DIGITAL ha tenido el acierto de reproducir en su integridad el artículo titulado “El futuro de Telemadrid”, publicado en el diario El País y firmado por el prestigioso periodista Eduardo Sotillos, actual portavoz del Grupo Socialista en el Consejo de Administración de RTVM. Sotillos, con larga experiencia en medios audiovisuales, dibuja un panorama estremecedor de la TV de Madrid – “un enfermo terminal”, la denomina-, diseñado desde la Presidencia de la Comunidad en un intento de hacer ver que la cadena no es viable por lo que se tendrá que proceder a su privatización en cuanto se modifique la ley de los terceros canales. Esto lo hará el PP, según lo tiene dicho el propio Mariano Rajoy.

No es cierto que Telemadrid sea inviable ni que su rentabilidad económica no pueda volver a conciliar los ingresos propios y el contrato programado con la Comunidad de Madrid como lo vino haciendo hasta finales de 2003, cuando verdaderamente comenzó la operación derribo, o voladura controlada, siguiéndose las pautas marcadas por Esperanza Aguirre. Si RTVM acumula en estos ocho últimos años pérdidas millonarias y ha aumentado su deuda hasta límites expresamente prohibidos en el contexto de la legislación europea aplicada al Reino de España y a sus administraciones, es sencillamente porque se ha procurado llevarla a un camino sin retorno que por sí mismo sea elocuente de esa inviabilidad que se predica.

Eduardo Sotillos analiza con perspicacia la evolución de los Servicios Informativos de Telemadrid, y cabe señalar, como él mismo apunta, que tanto con gobiernos del PSOE (Joaquín Leguina) como del PP (Alberto Ruiz-Gallardón), la pluralidad  y el afán de neutralidad eran la norma de aquellas magníficas redacciones que a lo largo de más de veinte años habían dado ejemplo de profesionalidad y juego limpio. Ni el Presidente ni ningún alto cargo del Gobierno de Madrid intervenían para nada ante el Director General. Y en tiempos de Aznar, con TVE y RNE volcadas a mayor gloria del Gobierno del PP, Telemadrid era un oasis informativo, según podrán constatar quienes por entonces la siguieron. Los Servicios Informativos recibieron  en 2003 el Premio Salvador de Madariaga a la libertad de expresión concedido por el Parlamento Europeo y la Asociación de Periodistas Europeos. Muchas fueron las felicitaciones, pero cabe destacar la de la propia Comisión de Control en la Asamblea de Madrid y del propio Consejo de Administración del Ente Público, cuyos grupos distinguieron a la redacción de informativos con numerosos parabienes que constan en las actas correspondientes.

Los Telenoticias que se hacen desde 2004 son la antítesis del Periodismo, incluso los redactores se negaron a firmar las piezas sencillamente porque no estaban dispuestos a que sus nombres avalasen la manipulación. Y el contraste fue enorme, porque coincidiendo en el tiempo RTVE, con Gobierno socialista, inició una nueva política informativa basada precisamente en los ejes que había practicado Telemadrid: profesionalidad, pluralismo y objetividad. Tres columnas que han sido derribadas por el sectarismo, la manipulación y la tergiversación de los hechos.

El futuro de Telemadrid, querido Eduardo Sotillos, está escrito: con tan altas pérdidas y tan bajas audiencias saldrá a la venta a precio de saldo; serán despedidos cientos de excelentes trabajadores que desde cero hicieron una TV admirable, y algún tiburón del espacio radioeléctrico la convertirá en otro canal más de las mamachichos o sucedáneos. Al tiempo.

Francisco Giménez-Alemán

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